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Rendall.

Cuatros horas! Si cuatro malditas horas en buscar esos papeles, nadie sabe que me robé los documentos y para obtenerlos nuevamente sería una pérdida de tiempo, tendría que regresarme seis años atrás en archivos muertos y a nadie le convendría tenerlos, menos a ellos.

Necesito hablar con mi padre, desde que le pedí que necesitaba hablar con él, a estado metido en su oficina y me es difícil hablar en llamada, todo tiene que ser personal.

Nose cuando tiempo más llevo buscando y no puedo más, es caso perdido.

–Tan tonta soy–suspiro.

Me acuesto en mi cama derrotada, la pared de cuarto es alumbrada con luces de afuera, me asomó por la ventana que lo refleja, es Renlay bajando del coche con el mismo viejo dándose besos... A que horror!, quiero mirarle la cara que la ultima vez no alcance mirar al susodicho.

Pero mi poca tranquilidad se va, mi corazón empieza acelerar demasiado,¡Denme un tiro! Lo que estoy viendo no puede ser cierto.

–Joseph–musito.

Es una broma la pareja de mi hermana no puede ser el esposo de Johana, no puede andar con un casado, en que se ha metido Renlay, si mis padres se enteran se mueren, que sepan que su hija es culpable de arruinar una familia.

No puedo decir que ambos son inocentes porque no es cierto ambos tienen la culpa, uno por no respetar su familia y otra por saber que es casado, se que mi hermana es soltera y puede ser libre, pero no quita el hecho que sabe perfectamente que nunca va ocupar el mismo lugar que la esposa, no me duele que si un día los descubren y le den sus cachetadas porque bien merecido se los tienen.

Veo mi hermana despedirse y entrar a casa, es mi oportunidad de confrontar, corro hacia abajo esperándola sentada por la puerta de atrás de la cocina, entra despacio sin hacer ruido y prendo la luz.

–Rendall!–asustada me mira.

–¿Qué?–le pregunto–No me digas que ¿te asusté? O ¿te sorprendi?

–Deberías estar durmiendo.

–Me dio hambre, pero no me has respondido lo que pregunte–cínicamente la miró.

Saco un pan de la bolsa.

–Me asustas okey, ahora vámonos a dormir.–habla nerviosa.

–Por última vez Renlay y esto es encerio, respóndeme con la verdad ¿Estas saliendo con alguien?–muerdo un pedazo de pan.

–Es un interrogatorio?, no eres mi padre para hacerme preguntas es algo que no te incumbe.

Alzo la cara para mirarla a los ojos–Están buenas todas las escapadas por las noches ¿no?

–No se de que hablas–me ignora para irse.

–No eres tan santa como lo haces ver ante las personas... querida Renlay eres tan hipócrita–la detengo.

–Eso te molesta, que no tengas la atención mínima que yo tengo.–dice riendo.

Pero valla Renlay estas dando tu verdadera cara.

–Meterme con casados y ser la segunda opción sabiendo que nunca ocuparé un lugar como la esposa, no sabia que se le llamaba "atención"–digo asiendo señas ante esa última palabra.

–No me levantes falsos Rendall–palidece.

–¿Falso? Le llamas a todas las noches que llegas a estas horas con ese viejo–muevo la cabeza en desaprobación –¡Te acabo de ver! Te vi besarte con Joseph el esposo de Johana.

–Vistes mal–intenta protestar pero la interrumpo.

–Claro ahora entiendo porque no fuiste a la cena, también porque el viejo llego tarde y las putas llamadas que nunca contestastes estando conmigo en el coche.

Por eso me sentía extraña, algo me estaba advirtiendo, mi subconsciente sintió esa vibra rara.

Me siento como si yo fuera la esposa discutiendo, no lo hago porque se me da la gana, lo hago por mi padre y la familia de Ethan y su madre.

–No tienes un derecho en reclamar nada, no eres mi padre–protesta–Joseph va a dejar su esposa por mí, hoy me lo dijo así intervengan los demás en nuestra contra, él y yo vamos a ser felices.

–Tan ingenua eres Renlay–me dan ganas de darle un putazo.

–Piensa lo que quieras Rendall y como hermana que eres apoyame.

–No lo haré, no voy hacer cómplice destruyendo una familia–no porque sea mi hermana lo haré –Hablas tú o lo hago yo pero esto se tiene que saber.

–¡No! No lo harás Rendall, no puedes decir nada, arruinaras mi relación–responde a la defensiva.

–No tienes ninguna relación, entiende lo de ustedes solo es por un rato, no creas todo lo que diga un hombre, no con uno que le está fallando a su familia, tampoco sabes si eres la única.

Me mira mal, sabe que duele que se lo diga, es verdad por muy mierdita que sea yo, pero es mi hermana y las verdades duelen.

–No te incumbe.

–Lo hago yo, te ahorró que lo digas tú–intento irme pero me detiene.

–No te metas Rendall–me aprieta mi brazo–Lo negaré todo.

–Me da igual, tienes una semana para contárselo a mi padre.–le advierto.

–Te lo digo por ultima vez no te metas–se pone sería.

–¿Piensas que no lo haré? Estas muy equivocada, una semana Renlay te lo advierto, no pienso ser cómplice de una infidelidad y mucho menos de tus mentiras–le dedicó una sonrisa y me voy a mi cuarto.

Intenta hablar y claro que la ignoro, no pienso escuchar otra excusa.

Muy doloroso que sea mi familia como la de Ethan se tienen que enterar, esto es muy incómodo para mí, me daría igual como siempre, en esta ocasión me preocupa, tampoco quiero ser la Rendall de antes prefiero a mi versión que e estado teniendo: cruel y fría.

Entro a mi cuarto y me fijo la hora son las 4:30 a.m es jueves tengo que ir a la escuela, quiero saber como nadie se dio cuenta de la chica que estaba en peligro, será que hay algo más, si es muy fácil que el sujeto consiga sus víctimas sin que nadie del pueblo se de cuenta.

Tengo dos horas y media para descansar, tendría que salir a escondidas de mi casa, no me permitirán salir tengo que tomar reposo cuatro días más.

Me acuesto, pongo mi alarma y cierro los ojos.










RENDALLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora