Em:
El timbre del recreo me despertó de mi trance. Antes de eso me encontraba dando golpecitos con el boli en la mesa y sumida en mis pensamientos sobre aquel chico.
<¿Que narices hago pensando en él?>
Sin pensarlo dos veces me giré para ver si seguía ahí y un extraño sentimiento entre alivio y decepción recorrió gran parte de mi cuerpo al ver que ya se había ido.
Sentí las sillas de mis compañeras de delante arrastrarse hacía atrás y las miré para seguirlas y guardar mis cosas en la mochila. Saqué la manzana de esta mañana.
-¿Te has traído desayuno?-dijo Eli señalando mi manzana-.
-Am...sí, es que no sabía si íbamos a tener cafetería-me quedé mirando la manzana y la froté contra mi uniforme para limpiarla, aunque antes estuviera guardada dentro de una bolsa-.
-Bueno, si hay pero como si no-añadió con una sonrisa-.
-Eli odia la cafetería.
Cat me miraba sonriente mientras sujetaba su monedero.
-Ahí te equivocas, no odio la cafetería, solo odio su horrible decorado y las personas tan bordes que se esconden tras la barra y no hablemos de su repugnante comida...-dijo haciendo que se metía los dedos en la boca y vomitaba- por lo demás, no tengo ningún problema con la cafetería.
Cat y yo nos reímos y mi vista se dirigió hacía la puerta involuntariamente. Allí pude distinguir la figura del chico rubio parada en el pasillo, con los brazos cruzados y mirando hacía su derecha.
Un escalofrío pareció recorrer toda mi espalda y apreté el puño.
¿Quién narices es este chico? ¿Y por qué me hace sentirme así de expuesta cuando lo tenga cerca?
El chico giró su cabeza aburrido y nuestras miradas se encontraron durante unos segundos antes de que yo cambiara la vista. ¿Cuántos han sido? ¿Dos, tres segundos? y aun así siento que el corazón se me está apunto de salir por la boca. Recuerdo su sonrisa de superioridad detrás de sus brazos y me levanto indignada. No puedo dejar que crea que le voy a seguir el juego.
Aunque todavía no se que siento hacía ese juego.
-Bueno...¿nos vamos?
Eli me miraba con una ceja arqueada y supe que realmente había notado mi gesto de disgusto.
-Si-dije sonriente para intentar desviar la atención- yo...tengo que ir a ver a mis hermanos...-me acordé de la remota posibilidad de que se les haya olvidado traer el desayuno-.
-¿Tienes hermanos?-la voz de Cat sonó aguda y el entusiasmo se notó en su tono-.
-Sí...-dije arrascándome la frente- pero no es algo de lo que me sienta orgullosa.
Eli se rió ante mi comentario.
-A Cat le encantan los niños...así que ahora no se despegará de ti hasta que se los presentes.
-Dios Eli-me reí ante su disputa- no lo digas de esa forma, parece que soy una pedofila o algo así.
-Pues casi...
Eli comenzó a andar hacia la puerta, dándonos la espalda a Cat y a mi, ella corrió hacía Eli y se subió a su espalda dándole golpes.
No pude evitar sonreír con la situación. Me sentía a gusto con ellas, tanto que por unos segundos se me había olvidado la presencia de ese chico.
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Enseñame a amar.
RomanceÉl, siempre amó los retos...y como el esperaba, ella lo estaba siendo. Ella, insensata pero no tonta, sabía que acercase demasiado a Scott Adams era acercarse demasiado a los problemas. Debido a su gran lista de antecedentes a ser, lo que se dice...