Capítulo 8

15 2 1
                                    

Em:

Suspiré. Estaba empapada y congelada y seguía con los brazos delante de mis diminutos pechos para que mi sujetador rosa no se acabara de transparentar. Se me estaban empezando a dormir, pero prefería eso a tener que volver a soportar otra sonrisa de satisfacción de este tío... 

Scott estaba a tan solo unos pasos de mí, caminaba con los brazos detrás de su cabeza, como si no le importara una mierda el mundo. 

Caminábamos en silencio, un silencio a mi gusto bastante incómodo.

Le miré de arriba a abajo, estaba incluso más empapado que yo, ¿en serio no tenía frío? También se había acabado manchando de barro al haber estado con mis hermanos pero no parecía importarle demasiado. Subí la mirada de nuevo y me encontré de pleno con sus ojos azules. Se había medio girado para ver si le seguía. Aparté la mirada tan rápido como pude.

-Llevamos 10 minutos caminando y todavía ni si quiera sé hacia donde, ¿queda mucho para llegar a dónde sea que vamos? 

- Haber no venido. 

Y ahí está, la respuesta a ese pensamiento de alerta que había estado punzándome durante todo este tiempo. Intenté no quedarme petrificada ante la ráfaga de aire helado que había causado su comentario. Quería darme de leches contra la pared por solo haber pensado que tal vez era majo. Estaba claro que me equivocaba.

Lo dijo tan neutral que me dieron ganas de pegarle una patada. 

-Tienes razón, hubiera sido mejor seguir sola por un instituto al que acabo de llegar y que más gente viera todo este destrozo...- dije mirando mi ropa - a tener que seguir el trasero de un chulo de cuarta. 

-Corrijo. El mejor trasero que has visto en tu vida.

Y me guiñó un ojo, tal cual, como si ese comentario no hubiera sobrepasado ya por mil, los límites de la sobrepotencia. 

  Me paré en seco y me rasqué la frente. Estoy empezando a pensar que realmente hubiera sido mejor idea seguir sola. Este tío es todo fachada, haciendo creer a mis hermanos y a mi madre que es el mejor tío que te puedes echar a la cara. Pero yo sé que no es así.

Miré el pasillo a mi izquierda. Si por lo menos no todo pareciera tan simétrico... Puñetera directora con su puñetera perfección. 

-¿Que haces? 

Miré a Scott, el cual me miraba de reojo unos pasos más adelante. 

Le eché una mirada de indiferencia y seguí caminando por el pasillo de la izquierda. 

-¿A dónde vas? 

Su voz sonaba más lejana, lo que me dió a pensar que seguía en sus sitio. Mejor, paso de que me siga. 

Llegué al final del pasillo sin oír ninguna otra pregunta y extrañamente, me sentí aliviada por seguir recorriendo estos pasillos sola.
 

El pasillo se cruzaba con otro más largo aún por el que se podía girar a la derecha o a la izquierda. 

No tengo nada que perder, ya he perdido esta hora de clase así que... giré a la izquierda por no hacer un pito, pito gorgorito y seguí recorriendo el pasillo. 

-Se llega más rápido por donde íbamos.

Me paré en seco asustada y miré hacía atrás. Scott tenía las manos en los bolsillos mientras me miraba confundido. 

Fruncí el ceño. Realmente no esperaba que me estuviera siguiendo. 

Al ver que no obtenía respuesta, comenzó a pasear su mirada por mi empapado cuerpo. 

Enseñame a amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora