3

2K 213 70
                                    

Parte 2

Por un par de semanas, los pensamientos invasivos y tóxicos que Nunew tuvo parecieron esfumarse de su cabeza.

Zee estuvo más atento a él los primeros días, y de seguro todavía se sentía muy culpable por lo que hizo, así que también estaba más cariñoso y dulce con él. El omega no se quejaría de todas esas atenciones recibidas, por el contrario, se sentía muy feliz de ser mimado de esa forma.

Fue así las primeras semanas. Después vino el debut del nuevo grupo de la empresa, nuevos negocios, nuevas cosas que hacer... Zee volvió a sus horarios extendidos, a trabajar horas extras, a llegar tarde a casa.

Nunew tenía claro que sería así, porque conocía a Zee y su adicción al trabajo. Estaba acostumbrado a estar en segundo lugar y se había cansado de luchar contra eso.

La mañana del tres de diciembre, luego de que Zee se hubiera marchado, despertó con náuseas y un fuerte calambre en su estómago. Terminó por ir al baño, arrodillarse ante el inodoro y vomitar hasta que se cansó, sin muchas ganas de comer por lo recién ocurrido.

De todas formas, quedó en juntarse con Nat después del almuerzo, así que volvió a la cama para dormir un poco. Últimamente estaba más adolorido de lo normal, a pesar de no hacer mucho.

Despertó otra vez cerca del mediodía, con un fuerte dolor de cabeza. Nunew pensó que, con toda probabilidad, iba a enfermarse pronto. El invierno llegaría en menos un mes, sin embargo, ya estaba haciendo mucho frío en Bangkok. Tal vez podría comprarse ropa nueva para la época.

Se preparó una sopa de pollo para que no le cayera mal, y se sintió un poco más repuesto en ese momento. Se lavó los dientes y no tardó en salir, sin muchas ganas de regresar a casa temprano, pues Zee ya le había avisado que llegaría tarde ese día.

Se juntó con Nat, que notó enseguida que no venía con buena cara. Nunew lo saludó, teniendo cuidado de no tocarle su vientre de siete meses. Había insistido en ir a verlo a su casa, pero Nat alegó que estaba harto de estar encerrado y que quería salir. Max le hizo prometer que iba a cuidarlo.

―Tienes cara de zombie ―comentó Nat―. ¿No estás enfermo, Nu?

―No, no te preocupes ―suspiró Nunew― es sólo que anoche no dormí muy bien. ¿Ya tienen fecha para el parto?

―¡Todavía no! ―se quejó el omega menor―. Estoy un poco harto de esto, nadie dijo que traer bebés sería tan difícil, si lo hubiera sabido no habría dejado que Max me toque...

Nunew escuchó a su amigo quejarse y maldecir a su esposo, sintiéndose deprimido por la situación. Pronto acabaría el año y no parecía que fuera a quedar preñado, ¿tendría una mejor oportunidad el próximo año? Esperaba que sí, no sabía cuánto aguantaría Zee con un omega que no quedara embarazado.

―¿Lo has visto? El omega de Panich está más gordo que nunca ―escuchó decir cuando entraron a una tienda de ropa.

―Estuvo en una cena con su marido hace unos días y los altos mandos de la empresa, y era tan incómodo de ver...

―¿A qué si? No habló mucho y lo poco que decía era taaaaaan aburrido...

Olvidó lo que era oír todos esos susurros, pues cuando salía con Zee, la gente no decía esas cosas por si el alfa los escuchaba. Por otro lado, el tema del amante volvió a estar en discusión.

Nunew pensaba que Zee sí le engañaba. Tal vez, esa amante que tenía era una omega que mantenía lejos del ojo público y con quien no iba a casarse. Después de todo, Zee estaba pagando la deuda de sus padres al tener a Nunew como marido, y si le pedía el divorcio o marcaba a otro omega, estaría faltando a la promesa que hizo. Pero eso no quitaba que no estuviera revolcándose con otras personas, con otros omegas. Con toda probabilidad, buscaba tenerlo contento cada cierto tiempo para desviar su atención, y después volvía a sus andanzas.

BLOOMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora