Capítulo 2.

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Robleis con 7 años recién cumplidos, corría junto a su mejor amigo Carre, y su destinado, Spreen. O al menos así era como toda la familia le decía.

Habían creado muy buenos lazos, y se llevaban muy bien.

A pesar de la diferencia de edad, eso no les parecía importante. Ellos solo querían estar juntos y poder jugar a cada momento. Eran solo unos niños después de todo.

Lo que les extrañaba a los señores Arbillagas, era que su único hijo, era bastante delicado para ser un alfa.

Aunque aún no se presentaran, todos ya tenían previsto que el pequeño Robleis sería un alfa y el pequeño Spreen sería el Omega.

Ambos sabían que eran destinados, sus padres se los recordaban todos los días desde que tenían memoria.

-Rob, creo que ví a Mayichi.- le dijo Carre. Mayichi era el destinado de este. Hace poco se habían enterado siendo Mayichi el mayor, todos decían que sería un alfa.

-Puedes ir con él, Carre, no te preocupes.- le abrazó. Pues sabía las intenciones detrás de esas palabras. A veces el hacía lo mismo para estar con Spreen.- Yo me quedaré con Spreen.

-¿Seguro?.- preguntó Carre con un puchero, no quería dejar a su mejor amigo. Además de que no estaba completamente seguro. La estaban pasando super bien, y detener los juegos tan repentinamente no era cool.

-Sí andá.- lo empujó de los hombros y este le sonrió antes de irse. No sin despedirse antes, claro.

Spreen de 5 años, se acercó a Robleis y lo abrazó por la espalda. Olfateando el olor a shampoo del mayor. Pues al no presentar todavía, aún no generaba un olor propio. Eran fresas.

Delicioso.

-Rob, ¿Por qué eres tan lindo?.- Spreen a pesar de la edad que tenía, parecía ser el de más confianza en la relación. Todos se extrañaban por eso, los omegas eran bastantes tímidos.

Robleis se sonrojó por el comentario, siempre era el resultado de los halagos del menor.

-No soy lindo Spreen.- miró hacia el suelo e hizo un puchero. No le gustaba ser egocéntrico. Era una palabra que le habían enseñado hace poco, y no le gustaba.

-No, no eres lindo.- suspiró y apretó más el agarre del mayor.- Eres hermoso.- dijo para comenzar a besar las mejillas del mayor. Este, sentía sus mejillas y cara arder.

Su relación se basaba en eso. Eran muy pequeños para darse cuenta de sus acciones, pero se querían bastante.

Con comportamientos bastante raros para los demás, pero muy normales, para sus lobos.

Y el lobo, siempre tiene la razón.

Holaa :) traigo un nuevo capítulo.

Inesperado - Sprobleis OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora