La señora Buhajeruk y la señora Arbillaga, estaban tomando café mientras esperaban a que sus hijos volvieran.
El primer celo, siempre duraba un día, por lo que sus hijos ya debían estar bien. Aunque ya había pasado el tiempo, las madres estaban un poco preocupadas, pero también felices.
-¡Estoy tan contenta! ¡Por fin mi Spreen tendrá su marca!- celebraba la señora Buhajeruk. Estaba feliz de que su hijo fuera Omega y más del hijo de su amiga.
-¡Sí!- afirmó la señora Arbillaga, tomando un sorbo de su taza- Ojalá Robleis no se haya pasado de brusco. Tal vez salió a su padre y dejara sin caminar al pobre Spreen.
Ambas madres rieron bajito.
-Aún recuerdo cuando Matthew te marcó, no pudiste caminar por una semana- se acordaba muy bien de las muecas de su mejor amiga. Se había burlado de ella por el resto de la semana.- Pobre mi Spreen, quedará igual.
Antes de seguir con su conversación, la puerta de la casa fue abierta, y las madres se levantaron del sillón como si tuvieran resortes.
Se dirigieron a la puerta con una sonrisa de oreja a oreja, que se borró al ver a sus hijos. Siendo reemplazada por una expresión de asombro total.
Robleis estaba completamente despeinado, y su pelo negro, ahora se estaba convirtiendo en un cabello castaño oscuro, demostrando que era un bello Omega, además de su dulce olor, que ahora estaba mezclado con el de Spreen, más la bella marca que adornaba su cuello. Su cuerpo se notaba más fino y delicado, mostrando pequeñas curvas que se iban asentuando al pasar de las horas. Comenzó a tener unas anchas caderas y su trasero había crecido un poco más en tamaño. Spreen estaba maravillado, su omega era hermoso. Sus brazos se habían marcado y su mandíbula se estaba comenzando a marcar. Robleis también estaba contento, su alfa era muy guapo y sexy.
Ambas madres sorprendidas, tenían sus bocas abiertas más no poder.
-¿Cómo...?- murmuró la señora Arbillaga, no sabía que estaba pasando.
-¿Por qué Robleis es un omega?- preguntó la señora Buhajeruk, pasando su mirada de su hijo hacia su ahora yerno.
-Se supone que Robleis tenía que ser el alfa... ¡Él es el mayor!- la señora Arbillaga todavía no lo podía creer.
-No lo sé, mamá- Robleis se acercó a su alfa buscando protección. Este lo abrazó fuerte, sintiendo las emociones de Robleis por el lazo.- Solo despertamos y ya estábamos así.
-Pero así me gusta más- Spreen se agachó un poco, y le besó la mejilla a su ahora Omega, aprovechando la cercanía para olerlo de nuevo. Amaba sus olores mezclados, le recordaba todo lo que había pasado e indicaba que estaban juntos.
Ambas mamás se miraron incrédulas. Era un nuevo hallazgo de la naturaleza.
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Inesperado - Sprobleis Omegaverse
Hombres LoboUn alfa que resultó ser un omega. Un omega que resultó ser un alfa. Spreen top Robleis bottom