Capítulo 9.

250 19 0
                                    

Robleis estaba más nervioso que de costumbre. Incluso más que cuando se presentó como Omega. Y eso era ya mucho que decir.

Ya habían pasado 2 semanas desde la charla con Spreen, y no mentiría, sentía que se había sacado el premio mayor con el alfa, ¿Cómo era posible que fuera tan perfecto?

Ahora tenía 3 pruebas de embarazo a mano. No había presentado síntomas, pero ya a las dos semanas se podía saber si estaba fecundando, o no.

Spreen llegaría de las clases como en unos 15 minutos más. A él le había tocado ir a la mañana, así que había tenido la tarde libre. Tenía que esperar tres minutos más, ya que la prueba se demoraba 5 minutos, y él se la había hecho hace dos minutos.

No mentiría, estaba completamente nervioso, sentía que se desmayaría en cualquier momento.

Y antes de entrar en crisis, la puerta fué abierta. Al parecer Spreen había llegado antes.

-Hola cielo.- Spreen dejó las llaves en la mesa y se acercó a su omega, besando su frente. Vió que su vista la tenía fija en sus manos y al observarlos mejor, se dió cuenta de que eran los test de embarazo.- ¿Ya sabes la respuesta?

-No, todavía no.- Robleis miró el reloj, solo faltaba un minuto. Tragó saliva.- Me lo hice hace 4 minutos y son 5.

Spreen asintió y se sentó al lado de su omega para reconfortarlo.

No lo diría en voz alta, pero él moría por ser padre de cachorros que le daría Robleis. Quería ver el fruto de su amor. Y le importaba una mierda la edad.

La alarma comenzó a sonar y Robleis se tensó. Era el momento.

Suspiró por última vez y acercó la primera prueba. Luego la segunda y por último, las tercera. Con esa, comenzó a llorar.

-¿Y?.- Preguntó Spreen al borde de un ataque de desesperación, el no había visto las pruebas, solo miraba las reacciones de su pareja. Pero que llorara, tenía muchos significados.

-Seremos padres, Spreen.- Dijo Robleis.

-¡Hermoso!.- Gritó Spreen y se abalanzó hacia el mayor, repartiendo miles de besos en toda la cara de este. La noticia lo había alegrado. ¡Su omega le daría cachorros! ¡Sería padre!.

Con esa bella noticia se quedaron dormidos, los dos con una sonrisa de oreja a oreja. En nueve meses más, serían una familia. Y Spreen aprovecharía la situación, para formalizarla al cien porciento.

Spreen revisó su apariencia como diez veces en el espejo en tan solo dos minutos.

Quería verse perfecto para lo que haría. Después de la noticia de que sería padre, había decidido pedirle a Robleis matrimonio. Quería que fuesen una verdadera familia.

Bueno, aún era menor de edad, por lo que, más que una propuesta, sería una promesa de estar juntos, pero para él, era especial.

Así que, se había duchado, peinado, puesto su mejor ropa y su mejor perfume. Lo que fue algo innesesario, pues al ser alfa ya tenía olor propio. Pero no se dió cuenta de ello, hasta que ya se había rodeado en perfume. Sus zapatos estaban bien ilustrados, tanto, que se lograba reflejar en ellos. Se sentía orgulloso de su trabajo.

Esperó al mayor en la puerta de entrada. Pues había salido de compras.

Cuando este llegó, encontró a Spreen muy elegante, y no pudo evitar reírse, pues era extraño. Spreen siempre vestía de manera casual, con ropas un poco anchas.

-Amor, antes de que entres y me digas todo lo que pasó en tu día. Quiero decirte que me haces el hombre más feliz del mundo, en unos meses más me volveré padre, y amo que seas mi pareja de toda la vida.- Toma aire. Había hablado muy rápido.- Te amo demasiado, y quiero que estemos juntos para toda la vida. Así que no daré más vueltas al asunto y te lo preguntaré de una vez por todas... Robleis Arbillaga, ¿Desearías casarte conmigo en cuanto sea mayor de edad?.

Robleis se sorprendió, pero pequeñas lágrimas comenzaron a salir de sus ojitos, estaba emocionado.

-Primero párate.- Spreen acató la orden.- Y segundo, claro que sí, Spreen.- Le abrazó por los hombros y le besó. Sintiendo como el alfa lo tomaba de los muslos para llevarlo en brazos.

-Será nuestra pequeña promesa, bebé.

Esa noche, volvieron a hacer el amor y la marca se renovó.

Nada podía ser mejor.

Inesperado - Sprobleis OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora