Capítulo 3.

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Robleis ya tenía 17 años, estaba en su último año y estaba bastante nervioso. Sus padres le recordaban todos los días que un año más se convertiría en alfa.

No le gustaba que lo presionaran de esa manera.

El único que lo podía calmar era Spreen.

Carre también podía, pero ahora estaba marcado por su alfa Mayichi. Este ya había cumplido 18 años y ya había tenido su primer celo, presentándose obviamente como alfa. Carre, al ver a su pareja entrar en celo, tuvo que pasarlo con él, dándose cuenta que se había presentado como beta, pues no tenía ningún cambio. Ambos habían pasado su primer celo juntos y ahora el beta tenía una muy hermosa marca en el cuello.

Ya no tenía tiempo para estar con Robleis, tenía que estar con su alfa.

Aunque al entrar a la secundaria había hecho muchos más amigos. Juan Guarnizo, un alfa que estaba con una muy linda Omega, llamada Ari. Y el Mariana, un alfa que tenía de pareja a Roier, un Omega menor que el.

Pero tenía la confianza suficiente para hablar con ellos.

Estaba caminando hacia la salida, pues ya que habían tocado la campana que indicaba el final de las clases, dirigiéndose hacia su casa, cuando subió su mirada se encontró a la persona que más amaba en el mundo.

Spreen se había vuelto su novio cuando él tenía 13 años y Spreen 11. Por lo que hoy cumplían 4 años de noviazgo e irían a festejar.

-Rob.- Spreen lo tomó de la cintura y lo acercó hacia su propio cuerpo. Siempre tenía estas actitudes con el mayor. No lo podía evitar, algo dentro de el le exigía ser así.- ¿Cómo te fue?

-Bien.- Robleis sonrió, él era el mayor, pero Spreen salía antes de clases y le había prometido que lo pasaría a buscar.- ¿Y tú Spreen?

-Bien, me entregaron el examen de historia y aprobé.- sonrió, con esa clásica sonrisa que le gustaba mucho.

Robleis sonrió enternecido, sonrojándose levemente. Tenía un novio tan lindo.

-Felicidades Spreen.

-Merezco un premio.- mencionó con una sonrisa traviesa.

-¿Qué clase de premio?.- Robleis ladeó su cabeza mirándolo con curiosidad y algo de sospecha.

-Beso.- murmuró lo bastante bajo para que solo Robleis lo escuchara apuntando sus labios. Robleis se sonrojó aún más y Spreen sonrió orgulloso, amaba esas reacciones que obtenía del mayor.

Robleis dejó un rápido beso en sus labios, y al alejarse, estaba rojo hasta las orejas.

Spreen rió, su mayor se veía muy tierno, aún pareciendo un tomatito.

Luego lo tomó de la cintura de nuevo, y lo atrajo hacia él, comenzando a besarlo. Un beso inocente que paró luego de unos instantes. Ambos con unas lindas sonrisas. Spreen con una de autosuficiencia y Robleis con una avergonzada.

Sin duda, eran completamente inusuales. El Omega actuaba de manera dominante y el alfa era sumiso.

Ambos tomados de la mano, se dirigieron hacia su cita.


Inesperado - Sprobleis OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora