Capítulo 10.

220 18 0
                                    

Spreen y Robleis se miraban con amor. No prestaban atención a nada de lo que él sacerdote decía.

Se estaban casando y no podían estar más felices. Las madres de ellos lloraban sin control. Sus bebés ya estaban grandes y estaban comenzando a hacer una familia.

No sabían cómo habían llegado a ello. Pues en cuanto le contaron a sus padres sobre la promesa de matrimonio, estos dijeron "No es necesario que esperen tanto, nosotros lo arreglamos".

Si, Spreen era menor de edad, pero gracias a sus padres y varios intentos de estos, se estaban casando antes de lo que habían dicho.

Eso era algo malo o algo bueno? No le importaba. Él era feliz con Robleis. Robleis tenía ya tres meses de embarazo e iba todo perfecto. Su pequeña pancita se había comenzado a notar, pero aún le cabía su antigua ropa. Pues era un amante de comprar ropa dos tallas más grande que la suya.

Pero debajo del traje que estaba usando, parecía un simple Omega, si no fuera porque todos sabían que esperaba un bebé, si no, no tendrían ni la menor idea.

Carre miraba orgulloso a su mejor amigo, una pequeña lágrima cayó por sus ojos, estaba feliz por el Omega. Mayichi estaba al lado suyo, sonriendo hacia los novios, hacían una muy linda pareja.

El Mariana abrazaba a Roier, su omega. Robleis había crecido en muy poco tiempo y le daba nostalgia eso, pues le había agarrado un cariño muy grande al Omega, como si fuese su propio hijo. Roier también sonreía.

Y Juan estaba con su omega, que ya tenía 7 meses de embarazo, faltaba muy poco para el nacimiento de la pequeña Martina.

Spreen y Robleis salieron de su trance, solo cuando el sacerdote terminó su discurso.

-Acepto.- Dijeron los dos al mismo tiempo, con las sonrisas más grandes que habían dado en toda su vida. El padre de Robleis les dió las sortijas y se besaron, recibiendo aplausos de todos los presentes.

Ahora sí serían una verdadera familia.

[🐺]

Robleis respiraba agitado, estar en parto era más difícil y doloroso de lo que imaginaba.

Inhalaba y exhalaba, las contracciones eran un verdadero martirio. Pero todo lo valía para traer al mundo a sus dos pequeños. Porque sí, a los cinco meses habían tenido la segunda radiografía, y habían tenido una pequeña sorpresa, y era que en vez de un cachorro, serían dos. Había sido bastante curioso, ya que en la primera ecografía, la pequeña no se había notado. Al parecer quería ser sorpresa.

Spreen a su lado le decía palabras cursis y de aliento en su oído para calmarlo, además de prestar su mano, la cual estaba roja de tanto ser apretada. Pero no le importaba, el dolor de su omega era más grande.

Después de unos cuantos empujes más, la sala se llenó de llantos. Ambos bebés nacieron muy sanos. Eran hermosos.

-¿Cómo los quieres llamar bebé?.- Preguntó Spreen con el varón en brazos, mientras que Robleis estaba acostado con la niña.

-Matías Buhajeruk y Anna Buhajeruk.- Robleis se notaba agotado, pero sonrió lo mejor que pudo, sus bebés eran hermosos, y tenían un esposo guapísimo. Su vida era perfecta.

-Bienvenidos a la pequeña familia Buhajeruk, los amamos mucho bebés.- Spreen dejó pequeños besos en las cabezas de sus hijos, y estos se removieron en medio del sueño. Eran adorables, al igual que su padre omega.- Gracias por darme una familia amor, te amo demasiado.- Le susurró en la oreja.

Todo era perfecto. ¿Qué más podían pedir?.

Holaa :))))
Llegamos al final de esta hermosa adaptación, espero y les guste tanto como a mí. Nos vemos en el extra, bye.

Inesperado - Sprobleis OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora