Extra

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—Papá Fort dijo que no uses el horno —mencionó su hijo, evitando que Peat metiera su charola con masa de galletas.

El omega hizo un puchero —Fourth, no seas así... Son galletas para nosotros dos.

El pequeño cachorro pensó un poco antes de hacerse a un lado, ayudando a su padre omega a meter la charola al horno. Peat sonrió triunfante dándole pequeños besos por todo el rostro de su cachorro mientras reía.

—¿Podemos jugar en lo que están? —cuestionó con una linda sonrisa el niño a su padre.

Peat asintió levemente y ambos fueron a la habitación del menor para jugar en lo que estaban listas las galletas; el pequeño cachorro quería tanto a su papá omega que no le importaba cuidarlo, su papá Fort siempre le recordaba que debía cuidar a su despistado padre.

Definitivamente fue mala idea dejarse convencer por el puchero de su padre, porque a ambos se les olvidó por completo que habían metido galletas al horno.

—¡Omega, cachorro! ¡¿Están bien?! —gritó Fort entrando a la habitación haciendo acto de presencia, estaba muy asustado a pesar de que no sintiera ninguna emoción negativa a través del lazo.

Peat ladeó un poco su cabeza pero el impacto de la pelota que había lanzado su hijo lo hizo quejarse y tapar su rostro, Fourth preocupado se acercó a su papá.

—¡Papi, perdóname! Fue culpa de papá Fort, no mía —se defendió.

—¿Mía? —se apuntó a sí mismo.

—¡Estoy bien! —sonrió en grande —¿Quieren galletas? —En ese momento recordó aquel detalle —¡Mis galletas!

Sin más, el omega salió corriendo de la habitación rumbo a la cocina, estaba toda llena de humo y con un olor a quemado. Se dio cuenta que el horno ya estaba apagado, seguramente su esposo lo apagó y por eso entró así de preocupado.

Fort bajaba las escaleras con su cachorro en brazos —Te dije que no usaras el horno si no estoy en casa, osito.

—Fourth y yo queríamos galletas —habló en voz baja mirando la charola con sus galletas todas quemadas, casi carbón. Parecían carbón o piedras, no galletas.

—No le digas cosas, papá... Fue mi culpa —dijo el cachorro mientras abraza a su papá alfa.

Fort sonrió levemente —No se preocupen por esto, no fue culpa de nadie. ¿Les parece que salimos a comprar cosas?

Su esposo e hijo inmediatamente sonrieron, hace mucho que no salían los tres a comprar cosas ya que Fort había estado trabajando mucho.

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Fort y Fourth cuidaban del omega, sabían por experiencia que Peat era muy descuidado y podría lastimarse hasta con el mismo aire.

—Fourth, tu mano está helada —comentó con preocupación al sentir la mano de su cachorro —¿Dónde dejé tus guantes?

Fort buscó en sus bolsillos un par de guantes para dárselos a su esposo, este los tomó y se los colocó a su hijo —Osito.

—¿Si? ¿Sucede algo malo? —preguntó con curiosidad —Oh, te hice recordar lo de la bufanda, ¿Verdad?

El alfa se avergonzó al recordar como casi muere por una bufanda —Para nada, solo quería ver tu rostro.

—Ese siempre lo ves

—Es que a papá le encanta ver tu rostro, papi. Sus ojos brillan —intervino el cachorro con una sonrisa —así como los míos brillan.

El esposo de Thitipong - FortPeat (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora