CAPÍTULO V

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El omega yacía acostado en la gran cama matrimonial en posición fetal mientras abrazaba una almohada, soltando varios sollozos.

—Osito, no le hagas caso a ese idiota. Tú no eres un mal omega ni nada de eso, al contrario eres el omega más hermoso —mencionó Fort acariciando el cabello del contrario.

—¿De qué sirve que sea bonito si soy un desastre? —cuestionó mientras limpiaba sus lágrimas.

El alfa soltó un suspiro —¿Qué acaso no recuerdas nuestros momentos de adolescentes? — preguntó.

Peat tomó asiento en la cama con su mirada gacha —Me enamoré de tu torpeza y tus ojitos de cachorro...

—Al parecer si lo recuerdas. Entonces, ¿Por qué dices que eres un mal omega?

—He escuchado varias veces como dicen que mereces algo mejor, no un desastre en persona —habló con voz baja.

—Yo soy muy feliz contigo y no eres un desastre en persona. Te lo dije hace años, eres muy distraído y nada cuidadoso, no es que la desgracia te persiga dio un ligero apretón a la mejilla del castaño.

Peat hizo un pequeño mohín —¿No te arrepientes de que te haya roto el brazo aquel día?

—Jamás, fue la más linda causalidad

—¿Causalidad? ¿Qué es eso? —cuestionó.

El alfa sonrió —¿Cómo explicarlo...? —pensó un poco su respuesta antes de hablar —Tú sabías perfectamente que si corrías de esa manera por los pasillos y más en las escaleras ibas a provocar un accidente, sin embargo, lo ignoraste, provocando que se me dislocara el brazo.

—Olvida eso, fue un accidente

—Sabías perfectamente que estaba prohibido correr —regañó al omega —Bueno, el efecto de ese evento fue que yo terminará en el hospital, tu al sentirte mal te ofreciste como enfermero y desde ahí nos volvimos más unidos.

—Sigo sin entender, perdón.

—Las causalidades son provocadas por eventos y estos eventos tienen efectos.

Peat asintió entendiendo un poco más sobre eso —¿Me consideras un problema?

—¿No recuerdas lo que te prometí hace años, omega?

Peat abrazó al alfa —Eso no responde a mi pregunta.

—No eres, ni jamás serás un problema, al contrario, eres mi más grande tesoro. Te amo tanto, omega —dejó un casto beso en la mejilla del omega, la cuál tenía rastros de lágrimas.

El castaño se acurrucó en el pecho del alfa, estaba muy cómodo hasta que recordó un detalle muy importante.

—¡Alfa! —exclamó —Tu socio, bueno, ex socio mencionó que yo estaba en cinta pero no lo estoy, ¿Por qué?

Fort soltó una leve risa —¿No te has dado cuenta? —vio al omega negar —Enserio eres muy distraído. ¿No notas un olor extraño en ti?

Peat empezó a olfatear su ropa y brazos, se iba a quejar hasta que lo notó.

Leche ¡Olía a leche!

—¿Yo estoy en cinta?

Fort asintió con felicidad —noté el aroma hace unas semanas pero no te dije.

—¿Por qué no me dijiste? Soy muy peligroso —reclamó mientras soltaba un gruñido.

—Pensé que te darías cuenta tu solo y me harías una sorpresa para darme la noticia, sé que te emociona contarme tus cosas —habló.

El esposo de Thitipong - FortPeat (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora