CAPITULO 2

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En mi última clase del día, debatía internamente si debería asistir o no, pero finalmente decidí que valía la pena estar presente, considerando la posibilidad de que las chicas pudieran proporcionarme información crucial sobre lo ocurrido estos días y el paradero de Sayori.

La concentración en clase es todo un desafío; mi mente parece estar en un torbellino de pensamientos. Trato de encontrar consuelo al pensar que el familiar de Sayori que me habló estaba molesto por razones ajenas a mi conocimiento.

Es posible que Sayori no haya podido venir hoy debido a algún compromiso urgente. Sin embargo, la incertidumbre respecto a su paradero y mi propia pérdida de memoria generan una sensación de desconcierto que me resulta difícil de ignorar.

De repente, siento un suave toque en mi hombro. Al voltear, me encuentro con un compañero que hasta ahora era un desconocido. Su expresión revela una clara preocupación.

• Chico: Oye, ¿te encuentras bien? Luces bastante decaído - menciona con evidente inquietud. -

Dudo unos instantes antes de responder, pero finalmente suspiro y asiento.

• (Tú): No te preocupes, estoy bien... Solo ha sido un día complicado.

El chico me observa por un momento, aún con esa preocupación reflejada en sus ojos.

• Chico: De acuerdo, si tú lo dices.

Se vuelve hacia la clase. Mi estado de ánimo parece ser palpable para todos, pero decido no darle demasiada importancia y espero con ansias a que la clase concluya, anhelando abordar a las chicas para resolver el misterio que me consume y encontrar respuestas reconfortantes.

 Mi estado de ánimo parece ser palpable para todos, pero decido no darle demasiada importancia y espero con ansias a que la clase concluya, anhelando abordar a las chicas para resolver el misterio que me consume y encontrar respuestas reconfortantes

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...

Pasado un rato, la clase finaliza, y observo cómo todos abandonan el aula, algunos dirigiéndose a sus clubes y otros regresando a casa. Con calma, guardo mis cosas en la mochila mientras intento idear cómo explicarle a las chicas lo que estoy experimentando. No quiero que miren como a un loco, aunque a este ritmo, lo haran tarde o temprano.

Al terminar de organizar mis útiles y cerrar la mochila, alzo la mirada para levantarme y me doy cuenta de que Monika está a mi lado observándome. Esto me asusta un poco, y doy un pequeño salto en la silla.

 Esto me asusta un poco, y doy un pequeño salto en la silla

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SALVANDO AL CLUB DE LITERATURA (DDLC) REMAKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora