Reencuentros...

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Para una persona, ver a un familiar o amigo muerto, sabiendo que no podrás volver a verlo, es realmente doloroso. Tanto, que a veces no sabes cómo reaccionar adecuadamente.

Pero, ¿te has imaginado lo que sentirías si vieras a alguien que ya murió, vivo, de nuevo? Tendrías una mezcla de emociones que sería exactamente desencadenantes tal vez de una gran alegría, tristeza o en ciertos casos tal vez ansiedad.

Así era como se sentía Harry Potter, al volver a ver a todas esas personas muertas en la Guerra o en otras situaciones. Ver de nuevo a Albus Dumbledore, a Fred Weasley, a Cedric Diggory, a Hagrid... ¡Sirius también estaba vivo! Y Dobby... Aquel elfo doméstico también estaba vivo.

Fue un gran choque de emociones tanto en su mente y corazón, que aunque su mente aún fuera la de un joven de 17 años, su corazón volvía a ser el de un niño de 11 años, que no quería vivir todo aquello de nuevo.

Pasando todo el tiempo posible con Hagrid en su cabaña, cómo una forma silenciosa de pedir perdón, por aquello que no fue en realidad su culpa, sin embargo necesitaba volver a estar con aquel hombre que fue como su padre para él durante tantos años.

Pasando tiempo con George y Fred con la excusa de querer aprender más sobre ellos y la familia Weasley, disfrutando sus bromas de nuevo, viendo la alegría en el rostro de ambos de nuevo.

No tenía excusas para estar con Cedric Diggory, aunque aún recordaba el Torneo de los Tres Magos y lo que pasaría si no encontraba alguna manera de evitarlo. Se contentaba con verlo tan amable y servicial cómo era antes de aquel Torneo.

Albus Dumbledore, igual que sabio que antes, se alegraba de volver a ver sus largos cabellos y barba canosos. Hablando con el mismo tono noble y amable de antes. Aún regalando los puntos que Snape le quitaba a Gryffindor.

Harry ahora hasta disfrutaba los regaños que le daba Snape por no salirle bien las pociones. Aunque ahora lo ayudaba Malfoy, quien siempre había sido el mejor en pociones. Regañandolo de vez en cuando. Era raro ver al rubio siendo amable y con la dulzura característica de un niño, aunque seguía sin mostrarle ese lado a todos.

Era tierno ver cómo Ron aún parecía reacio a hablar con la "sabelotodo" Hermione, sabiendo lo que les deparaba el futuro a ambos.

—Se los digo, esa Hermione es una sabelotodo, mandona y pesada. No nos deja en paz y siempre está leyendo sus estúpidos libros —decía Ron, mientras Harry y Draco no le prestaban tanta atención, una castaña que pasaba detrás de ellos sí.

Hermione salió prácticamente corriendo de ahí a paso rápido, con el ceño fruncido controlando las lágrimas.

—"¿Hoy no es...? ¡El troll!" —pensó Harry, abriendo los ojos con sorpresa, dejando confundidos a Ron y Draco.

—¿Y a ti que te pasa? —Ron lo miraba con una mirada inquisidora.

Malfoy lo escaneaba con sus ojos grises, tratando de encontrar una explicación. Harry volvió a hablar, disimulando un tono tranquilo.

—No es nada... Solo recordé algo —dijo el moreno, tratando de quitar sus sospechas. Pero el rubio aún lo mirada de forma sospechosa, con una ceja alzada, sin embargo sus expresiones se suavizaron, aún con algo de desconfianza.

(...)

Cómo había previsto Harry, ese mismo día, horas después, había entrado Flitwick con los prefectos en el Gran Comedor, advirtiendo sobre un troll y que todos debían ir a sus habitaciones ahora.

El de cicatriz arrastró a un confundido y preocupado Draco fuera de los demás Slytherin, escabullendose entre ellos, yendo hacia los Gryffindor, haciendo lo mismo con un confundido Ron.

—¡Hermione no está! —dijo Harry, desesperado.

Tanto Ron cómo Draco abrieron los ojos, preocupados y desconcertados.

—Oí que unas chicas de Gryffindor estaban diciendo que estaba llorando en el baño... —habló por fin el rubio, descargando culpa en Ron.

—¡Oh, por Merlín! Esto es mi culpa —exclamó Ron, con pánico y miedo latentes.

—¡Debemos ir por ella! —Draco dijo, dejando sorprendidos a ambos.

Ron tenía las manos en la cabeza, asustado.

—¡Pero el troll está justo cerca de ahí! —gritó Ron, mostrando su desesperación.

—Debemos ir, ¡no podemos dejarla! —exclamó Ron, y los otros niños asintieron, aún asustados corriendo hacia el baño.

Cómo Harry recordaba, el troll estaba ahí, Hermione estaba apoyada contra una pared, con los ojos abiertos respirando apresuradamente, ellos se acercaron, colocandose en frente de Hermione, en una posición defensiva. Draco lo apuntó con su varita.

—¡Expelliarmus! —gritó Draco, quitandole al troll el bastón que llevaba. Sin embargo, el hechizo no le salió del todo bien, golpeándolo el bastón en el brazo, dejandolo adolorido.

Pero Harry aprovecho esto, golpeando al troll en la pierna, haciendo que pierda el equilibrio. Ron y Draco aprovecharon eso, golpeando al troll con todas sus fuerzas, mientras Hermione le lanzaba un hechizo, provocando que el troll cayera de espaldas y quedara inconsciente.

—Hermione, ¿estás bien? —preguntó Ron, acercandose a ella. Hermione asintió, aún asustada.

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Ahora los cuatro estaban frente las miradas severas de McGonagall y Severus. Sabían que les esperaba un castigo después de lo que habían hecho.

—¿¡Cómo se les ocurre desobedecer las órdenes e ir a enfrentar a un troll!? —fue el grito de McGonagall, aunque la mirada de Snape fue peor, sabían que los estaba juzgando por dentro. Y Draco, en especial, sabía que se había metido en un gran problema con su padre y su padrino.

—¡Esto... Esto fue mi culpa! Yo... Yo creía que podría vencer al troll sola, pero no fue así, Harry, Ron y Draco fueron a defenderme —explicó Hermione, mintiendo, tal y como Harry lo recordaba, recibiendo la misma mirada de decepción de la profesora McGonagall.

Las reprimendas no tardaron, mientras se le quitan puntos a ambas casas.

—Menos 100 puntos para Slytherin —dijo, Severus, mirando entre enojo y decepción a Harry, pero manteniendo su rostro serio—. Y menos 100 puntos también para Gryffindor.

Todos sabían que se habían metido en grandes problemas. De nuevo, por parte de Harry, Hermione y Ron, aunque estos dos últimos no lo sabían. Y por primera vez de parte del rubio versión amable.

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PRIMERO QUE NADA, UNA DISCULPA. No tengo excusas, más que mi escuela de fútbol y que de nuevo empezaron los torneos. Peeero, prometo compensarlo con una sorpresita en San Valentín sobre esta bella parejita por la que todos estamos en este libro.

Les invito también a leer: "Enemistad o... ¿Amor?" Muchas gracias 💚

Harry Potter y El Regreso Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora