Un Tango, Uno De Verdad

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Charly García X Pedro Aznar

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Sacudió su cabeza, intentando que sus rulos dejen de bloquear su visión. Las yemas de sus dedos se deslizaban con facilidad por el diapasón, su mano derecha enganchando y cacheteando las gruesas cuerdas como si su cuerpo fuera una máquina configurada para aquello. Alzó su mirada por unos breves segundos, sonriendo al encontrarse otro par de ojos, Pat Metheny. El guitarrista mordía sus labios inferiores en una sonrisa mientras miraba al bajista tocar. El sonido que salía de los amplificadores era simplemente perfecto, el bajo de Pedro y la guitarra de Pat complementándose con una facilidad difícil de encontrar. A veces pensaba en la suerte que tenía de poder tocar con el reconocido guitarrista estadounidense, el hecho que el destino le regaló esta experiencia. Cada vez que tocaba con Pat, sin importar donde fuera o cuando, era disfrutable al cien por ciento, ambos dando todo de sí. 

Aquella prueba de sonido era un claro ejemplo, no había necesidad de hacer una canción con tal complejidad, pero era demasiado tentador. Y también, no podía dejar de lado la química que tenían debajo de los escenarios y fuera de los estudios. Desde el primer día se llevaron bien, y tras una noche de varios excesos, terminaron encerrados en un baño de un bar de la ciudad en la que habían tocado. Y aunque no lo discutían seguido, de vez en cuando disfrutaban de besarse en los camarines y a escondidas del resto, como un pequeño secreto para entretenerse. Mientras asentía con la cabeza, vio como Pat se acercaba, mirándolo de arriba abajo sin pena alguna. Pedro rio nerviosamente, mirando hacia el suelo brevemente, pensando en la gente que estaba allí presente. Pero poco le importó al guitarrista, quien siguió caminando hasta quedar al frente de él, acercando sus labios a su oído.

"Don't get nervous," Dijo, firme, "They'll never know our secret."

Pedro simplemente bufó, algo ruborizado por aquel tono dominante.

Se alejó un poco, sabiendo que había un par de ojos sobre él, y no cualquier par de ojos. Estaban en el Jazz Festival de Sao Pablo, en Brasil, y había muchos invitados latino americanos de los que Pedro conocía. Había uno en particular que conocía muy bien. A través de sus lentes oscuros de marco fino, el hombre que portaba un bigote bi-color miraba con atención la prueba de sonido. Pedro había sentido la mirada de Charly clavada en su espalda desde que se subió al escenario, pero había logrado ignorarla bastante. Previamente, había intercambiado un par de palabras con el pianista, conversación cotidiana, nada fuera de lo usual. Pero en el fondo, lograba ver en la mirada de Charly cierto enojo. Hace relativamente poco que había dejado Serú Girán por The Pat Metheny Group, y digamos que a García aquel hecho no le había caído del todo bien. Entendía su enfado, dejar un supergrupo de rock en su cúspide era una decisión cuestionable.

Pero no era únicamente eso.

Su historia con Charly era similar a su historia con Pat, pero mucho más profunda. Con Pat todo siempre se sentía como un juego por aburrimiento, con García era distinto. Era un hombre mucho más intenso y pasional. Charly no había dejado únicamente marcas en su piel, pero marcas en él que lo formaron en lo que es hoy. Desde un inicio había visto algo especial en el joven, cuando lo vio a los dieciocho años tocar en un bar de algún rincón de Buenos Aires. Y no era solamente su simétrica y cálida sonrisa, o los labios rosados que se tensaban con concentración al tocar el bajo. Charly vio un gran potencial en Pedro, y sabía que tenía que hacerlo despegar. Pero con la posesividad del pianista, recibir un empujón de su parte, también significaba otras cosas. Pedro se vio cautivado por el gran talento del artista desde un inicio, al escucharlo en Sui Generis. Y al tenerlo en frente, toda la cautivación mutó en atracción. La masculinidad de Charly era imponente y su talento parecía proporcionarle autoridad. 

"¡Time for a break!" Un hombre con un grueso acento brasilero gritó desde abajo del escenario.

Pedro intercambió una mirada y sonrisa fugaz con Pat, dando unos últimos acordes en unísono.

One Shots | Rock NacionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora