4. THIRSTDAY

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La fresca brisa le colocaba la piel de gallina al británico quien se encontraba sentado a la penumbra de la noche, recostado en la silleta del balcón mientras tenía la cabeza echada hacia atrás.

Su mano acariciaba los cabellos de su pareja, sintiendo la caliente respiración de él contra su entrepierna. La mejilla del menor se encontraba sobre su glúteo mientras su mano acariciaba el miembro del mayor por encima de la tela de los shorts. Los grandes ojos cafés del mexicano lo observaban desde abajo, analizando y grabándose en su mente cada gesto que el británico formulaba. La luz de la luna apenas iluminaba el angelical rostro del europeo al cual suaves suspiros se le escapaban de sus labios a la par que sus ojos se encontraban cerrados y una delgada capa de sudor perlaba su piel.

"Eres tan lindo..." Susurró el mexicano mientras su mano acariciaba la punta del miembro, sintiendo la dureza contra su palma y sonriendo mientras se erguía aún arrodillado en el suelo. "Sergio, por favor..." Suplicó el moreno mientras abría los ojos y observaba cómo el mexicano seguía masajeando de manera tortuosa su miembro.

"¿Por favor qué, precioso?" Preguntó vacilón el menor, observando la mirada suplicante del británico, sintiendo los falanges de su pareja tomar con más insistencia sus ondulados cabellos. "Por favor, chúpamela." Jadeó el moreno, alzando sus caderas levemente.

Los dedos del mexicano se posaron sobre el elástico de ambas prendas que portaba el mayor y tiraron hacia abajo, dejando a la vista el miembro erecto del británico, que saltó con felicidad fiera de las prendas. El mexicano se relamió los labios mientras posaba su vista sobre el trozo de carne y rodeó la punta con su mano, acariciando la cabeza con su pulgar y escuchando un suave siseo salir de la boca del mayor.

Sacó su lengua y acercó su boca al glande, dando un lengüetazo a este, saboreando el pre-semen que salía mientras su mano empezaba a subir y bajar sobre el miembro. Alzó la vista y pudo observar cómo el moreno se mordía el labio para evitar gemir alto. Con una sonrisa, el menor metió la punta a su boca, rodeando con sus labios la cabeza rosada y permitiendo a su lengua explorar.

"¡Oh santa mierda, Checo!" El pecho del británico subía y bajaba, sintiendo su piel erizarse al sentir cómo la lengua acariciaba de una exquisita manera aquella parte tan sensible de su cuerpo. Sus dedos tiraron levemente de los cabellos negros y sintió las cortas uñas del mexicano rasguñar suavemente sus muslos. "Lo... Lo siento..." Susurró el británico al captar la advertencia.

El mexicano empezó a engullir más y más su miembro, forzándose a tomar todo lo que podía en su boca, mientras su otra mano se encargaba de tomar los testículos del europeo y masajearlos suavemente. La respiración caliente del mexicano chocaba contra su pelvis haciéndolo estremecerse de nueva cuenta.

Lewis llevó su mano desocupada a su boca, cubriendo esta de tal manera que ahogase los gemidos que salían de su boca en un absurdo intento de acallarse a sí mismo. Los sonidos obscenos producidos por la saliva y el mexicano provocaban que el orgasmo tan ansiado del británico se acercase de manera más rápida.
El menor sacó el miembro de su boca al sentir cómo el aire empezaba a dificultar su paso a sus pulmones, manteniendo su mano con movimientos de arriba abajo sobre el pene del moreno, prestando más atención a la punta del miembro.

Un fuerte jadeo salió de su boca, echando la cabeza hacia atrás mientras cerraba los ojos con fuerza. El moreno sintió un cosquilleo conocido en su pelvis, permitiéndose correrse sobre el rostro del mexicano, echando la cabeza hacia atrás mientras su abdomen se contraía ante el fuerte orgasmo que había tenido.

"Diablos... Yo... Lo siento Checo..." Susurró el británico con la respiración entrecortada, intentando recomponerse mientras tomaba su camiseta y con cuidado empezaba a limpiar el rostro del mexicano.

Una pequeña risa salió de los labios del mexicano mientras sentía cómo la tela retiraba el líquido pegajoso de su rostro. "¿Así de ansioso estabas por que te la mame?" Preguntó burlón el mexicano mientras abría uno de sus ojos y observaba el rostro avergonzado del moreno. "Dios, Checo. Cállate." Protestó el europeo mientras seguía limpiando el rostro del mexicano, sin atreverse a mirar los ojos de su pareja.

"Está bien, Lewis... Me cumpliste una fantasía." Bromeó el latino mientras se inclinaba y tomaba los labios del moreno en un beso, sin importarle manchar a su pareja. "¡Checo!" Exclamó el moreno separándose levemente y limpiándose los labios, haciendo reír con fuerza al mexicano. "Es para que pruebes un poco de tu misma medicina." Respondió el mexicano, antes de volver a echarse a reír mientras observaba cómo el moreno se limpiaba los labios y se acomodaba la ropa.

"Eres un payaso..." Susurró el británico mientras se inclinaba levemente hacia el conductor de RedBull y terminaba por limpiar su rostro. "¿Ah si, mi amor?" Preguntó el mexicano, acercándose peligrosamente al rostro del mayor. El moreno asintió, acercando su rostro de igual forma pero en vez de obtener un beso, el mexicano lo tomó por los hombros para levantarse del suelo. El británico le dió una mirada incrédula al mexicano haciendo que este se carcajease nuevamente. "¿Acaso creías que te iba a besar después de que te me hayas corrido en la cara?" El británico le tiró la camisa manchada y de igual forma se puso de pie, jalando al menor adentro de la habitación del de Mercedes.

"Te voy a dar tu merecido." Amenazó el británico mientras tiraba al menor sobre la cama, sentándose a horcajadas del mexicano y sintiendo cómo las manos del mismo se colocaban sobre sus muslos.

"¿Me vas a dar las nalgas?" Preguntó el mexicano en español, recibiendo una suave bofetada por parte del británico. El mexicano sonrió y relamió sus labios antes de que el moreno capturase sus labios en un beso salvaje mientras sus caderas se movían sobre el mexicano. Las manos del mexicano se posaron sobre los glúteos del mayor amasando estos de manera agresiva.

"Espera. ¿No crees que Horner se de cuenta que no estás en tu habitación?" Preguntó el mayor, deteniendo al mexicano. "No. Le dije a Max que se encargue de que eso no pasase." Sonrió con sorna el mexicano antes volver a tirarse sobre los labios moreno y capturar sus labios en un beso salvaje.

Busy Week | ChewisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora