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Sanji's pov

No sabía el porqué Zoro se comportaba más amable. No creo haber hecho algo bueno. O tal vez es su manera de disculparse por lo de ayer. De todas formas aprovecharé esto. En este precisó instante iba en el auto camino al Baratie. Y luego iré a reunirme al centro comercial. Esta reunión no la podía hacer en el Baratie pues no quisiera que se dieran cuenta. Así que trataré de mezclarme y a la vez pasar desapercibido.

"Llegamos princesa" la irritante voz de Kuro me sacó de mis pensamientos. "Tenga cuidado de no follar con el primero que se le atraviese" sonreí.

"Y tú ten cuidado con Zoro. Lastimosamente no dejé ni las sobras para tí, ya que me follo toda la noche sin descanso" sin dejarlo decir alguna palabra salí del auto victoriosamente.

Camine un poco hasta dar con la entrada trasera, donde tuve el acceso rápido para pasar. Todos iban y venían, ya que era almuerzo estaba un poco más movido que en el desayuno. La razón por la que estoy aquí es por una prueba de cocina. Quiero que Zeff me contrate. Incluso él me dijo que si podía pasarme un día por el restaurante si quería trabajar. Se qué Zoro no lo tomará bien pero espero poder convencerlo.

"Patty, ¿has visto al viejo?" Me dirigí al hombre moreno que me había atendido cuando vine con Zoro. Basto un día y retar a Zeff para hacerme amigo de todos los del personal.

"Debe estar en au habitación, a la que fuiste. Creo que fue por algo. Ve a buscarlo, de tan viejo que se habrá quedado dormido" dijo este riendo y contagiando a todos con su risa. Solo se escuchaban carcajadas.

"Bien, ire. No quemes la comida" sonreí.

"Nunca cariño." Me devolvió la sonrisa.

Camine hacia el elevador, entrando de inmediato y aprete el botón para el último piso. Por alguna razón me sentía muy cómodo con el viejo y los demás. No hace mucho los conozco y ya confío en ellos.

Llegué a la puerta. Toque, una, dos y tres veces. Nada. Decidí entrar. El viejo no estaba ahí. Su pata de palo estaba al lado de la cama pero él no. Escuché un ruido en el baño por lo que abrí. El viejo estaba ahí tirado boca abajo. "Viejo, ¿Que pasó, estás bien?" Le ayude a levantarse.

"Maldita berenjena, se quebró la pata de palo y iba a cambiarla por la que esta al lado de la cama pero vine por unas cosas al baño y la pata no resistió" suspiró.

"Ya viejo, déjame ayudarte." En menos de 10 minutos ya estaba listo.

"Maldita berenjena, gracias. No sé que había hecho si no aparecias" este sonrió.

"Vamos viejo, te están esperando. Por cierto, ¿A que hora debo iniciar la prueba, tengo que estar al menos a las 3 en otro lugar. Lo siento" Lo ayude a llevar sus cosas. Mientras abría la puerta.

"Berenjena inútil. No debes hacer una prueba. Ya me dejaste en claro tus habilidades. Cuando quieras puedes iniciar." Río este golpenado mi espalda amistosamente.

"Gracias viejo. Entonces, ¿porque querías que viniera?" Elevé mi ceja.

"Porque quería hablar, tomemos las escaleras. Así podemos hablar más." Asentí. "Sanji, no quiero ser entrometido... Pero ¿Ese hombre te obliga a algo? Siempre serás bienvenido y se que no es normal que un viejo que apenas conociste te lo diga, pero me preocupa. Ví tú mirada al despedirte esa vez. Cómo si no te quisieras ir, estabas nervioso por algo"

Solté el aíre que no sabía que retenía. Le sonreí. "Gracias viejo, eres la persona más amable con la que me he topado, ¿Puedo abrazarte un momento?" Pregunté con una sonrisa triste que trataba de ocultar.

Katana y Cuchillo - ZoSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora