🔪23🔪

770 58 6
                                    

El radiante sol se filtraba por el gran ventanal de vidrio de la habitación. Haciendo que un bonito rubio se despertara.

Y recordemos que habían pasado al menos tres semanas, tres felices semanas desdé que el rubio inició a trabajar en el restaurante y ayer le había tocado turno doble por lo que nuestro peliverde haría un acto de bondad al cocinar... Oh no.

Sanji's pov

Sentía estar en una nube de lo cómodo y relajado que se sentía mi cuerpo entre las sabanas y almohadas. Bostecé y me di la vuelta cuando sentí el sol en mi cara. Abrí los ojos pero en ningún momento vi al espadachín a mi lado.

Zoro es alguien que se levantaba temprano, pero estas semanas yo era el que se levantaba antes. Aun así no me preocupe y por al menos unos 20 minutos más di vueltas a la cama hasta que ya no pude dormir más, con todo mi ser quería dormir más, pero no podía, así que resignado salí de la esponjosa cama y en pijama baje a la cocina por todo el alboroto. Escuchaba muchísimo ruido, ¿Sera un animal? Entre a paso lento y lo que observé me dejó sin palabras.

Zoro. El maldito espadachín de cuarta. Estaba quemando la mitad de mi cocina. A su alrededor habían grandes manchas de masa de ¿panqueques? Habían huevos y tocino quemados en un extremo, con una servilleta abajo; ni siquiera se molestó en ponerlos en un plato. Los utensilios estaban por todas partes y no se diga lo demás. Estaba en shock. Voy a matarlo... Pero, él se molestó en cocinar, para mí...

Por un momento sentí como mi presión subió y bajó de un solo; haciéndome sentir débil. Me preocupe al ver como por casi un golpe se caía la refrigeradora con las puertas abiertas. Mi colera aumentó más al ver como por un momento el espadachín tomo su teléfono y fue a la alacena con todo en el fuego. Este tonto... Una pequeña sonrisa salió de mí. Me hubiera enojado mucho de no ser porque él lo esta haciendo para que no me preocupara por la comida. Ya que hoy Perona no iba a estar.

No importa, no hay que desperdiciar la comida. Puse manos a la obra, ordenando y cocinando a la vez. Limpiaba y servía. Emocionante pero agotador. Justo cuando había terminado llego Klahadore con un vaso de agua y una pastilla.

"El señor Zoro dijo que debía tomar la medicina que le dieron en el hospital" Suspire con gracia. Cierto, lo había olvidado por completo. "Tome" Extendió la pequeña pastilla y el vaso de vidrio con agua tibia.

"Gracias, ¿podrías llamar a Zoro y decirle que ya está el desayuno que casi quemaba?" Dije mientras tomaba el medicamento. Klahadore no se movió. "¿Pasa algo?" Pregunté dejando el vaso vacio en la isla que se encontraba atrás mío.

"Se ve muy palido príncipe Vinsmoke." Sonrió arreglando sus gafas. ¿Qué?

"Te equivocas, esto es una tontería. Me iré a buscar a Zoro yo mismo" temble, tratando de caminar a la salida de la cocina. Mi cuerpo se sentía un poco más pesado que de costumbre.

"No me malinterprete, no tengo intención de decirle a nadie. Pero debe hacer algo por mí." Volteé a verlo, mi cuerpo se sentía en llamas.

"Habla." Tome asiento en los bancos del comedor, un poco más lejos de él.

"Vete. Quiero, no, necesito que te vayas de esta casa por tu propia voluntad. Sino sera por las malas." Mordí mi lengua un segundo.

"No." Dije seriamente.

"¿No? Creo que el príncipe no entiende lo que digo. Esta acorralado. Conozca que su lugar no está aquí" Se acercó a mí más y más hasta estar a mi altura. "El señor es misericordioso, por lo que le dió refugió. Pero... Me preguntó... ¿Que dirá cuando conozca su origen? Él no estará tan feliz." Sonrió alejándose. "Puede que incluso lo venda para hacer montones de dinero con usted"

Katana y Cuchillo - ZoSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora