CAPÍTULO 03

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Edén


Él vino. Estas palabras se repiten una y otra vez en mi mente. Sabía, podía sentirlo cuando entré en el escenario como si mi cuerpo estuviera sólo en sintonía con él. Me volví a mirar y él estaba allí mirándome con la mirada más penetrante. Ojos que nunca podría olvidar. Ojos que no he olvidado a lo largo de los años. Esta atracción no disminuyó, incluso con el tiempo. Cuando salgo del escenario, no vuelvo a mi lugar, como se suponía. Corro a donde él estaba, pero él se fue. Lejos de ser encontrado. Ni siquiera conseguí hablar con él. Ni siquiera un simple hola. Había tantas cosas que yo quería decir, pero él se fue. Como la última vez que lo vi. Sólo se fue sin rastro. Tomando un poco de mí con él.

Cuando salgo del escenario, no vuelvo a mi lugar, como se suponía. Corro a donde él estaba, pero él se fue. Lejos de ser encontrado. Ni siquiera conseguí hablar con él. Ni siquiera un simple hola. Había tantas cosas que yo quería decir, pero él se fue. Como la última vez que lo vi. Sólo se fue sin rastro. Tomando un poco de mí con él.

Me miro en el espejo de mi cuarto sacando mi vestido y poniendo mi ropa de baño para la fiesta que mis padres van a dar.

Quizá venga esta noche. Lo invité tanto para la graduación y para la fiesta.

Pero y si no lo hace, una voz en la parte de atrás de mi mente susurra formando un nudo en mi vientre.

Tiene que hacerlo. Él lo hará.

Me obligo a creer esas palabras.

No hay otra opción, él tiene que venir.

He estado esperando este momento durante los últimos dos años. Para hablar con el hombre que salvó mi vida. Investigué la historia varias veces desde ese día.

Hubo muchos artículos sobre el secuestro. Mi padrastro es un hombre rico y las noticias se comieron la historia. Queriendo saber todo y cualquier cosa. Algunos pueden pensar que estaba enojada con la prensa, pero no. Conseguí saber más sobre Coen. Como él mató al hombre que me había secuestrado y perdió todo por eso.

Nunca había estado tan asustada en la vida como en aquel día, pero nunca olvidaré cuando miré por la ventana y vi a Coen parado allí. Sus brazos abiertos para mí.

No tuve dudas de que me atraparía cuando me arrojara en sus brazos y lo envolviera.

Deseando nunca salir de la seguridad que sentía en ellos. Era una sensación que quería volver a tener. Me lo había estado perdiendo todos esos años, nunca había vuelto a encontrar esa seguridad. 

Tentando A La Ley - ARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora