—¿Cuándo crees que se instalen por completo? Quiero ser la primera en visitarlos
—Probablemente una semana. Papá no trabajará hasta dentro una semana después de que hayamos llegado, así que, habrá tiempo de sobra para que vallas a vernos
—¿Cuántas habitaciones tiene la casa? No puedo ir para quedarme a dormir en el sillón
—Hasta donde sé, son cuatro... o eso dijo papá —respondí dudosa
—Espera, espera... Liah, ¿no has visto la casa? —cuestionó mi hermana inconforme por la terminación de mi respuesta y falta de información
—Sabes que confío plenamente en papá, él no buscaría un lugar en donde estemos incómodos, mucho menos sabiendo que tú irás a inspeccionar..., decoradora de interiores
—Bueno, en eso tienes razón, lo menos que el quiere es hacer esto más difícil para ti, en todo caso, espero que sea espaciosa porque, no se donde meterás tantos libros y todas las pinturas
—Espero que la casa tenga alguna mini biblioteca o algo parecido, no puedo vivir en paz sabiendo que mis preciosos están amontonados, llenándose de polvo... ugh
—Sí, a mí también se pe puso la piel como gallina antes de ser despescuesada para hacer sancocho
—Si... bueno hermana, te dejo, todavía me faltan algunas cosas que empacar, adiós. ¡Ah! Dile a Lony que la extraño muchísimo, las amo
—Si, le diré. Nosotras también te amamos, adiós
Colgué la llamada dejando el celular en la cama, mientras llevaba una caja hasta la estantería donde estaban mis libros, y para cuando termine en este lugar, tendré que ir a la biblioteca a buscar los demás, sin mencionar que no se donde guardar las pinturas. Soy amante de las artes, específicamente de la lectura y pintura. Entre a clases de pintar cuando tenía cinco, mi madre insistió mucho con el tema porque, según ella, eso estimularía mi desarrollo mental, y la verdad, se lo agradezco; me apasione tanto con el tema de los diversos colores, los paisajes y los sentimientos que podía transmitir a través de cada pincelada, que pintar se volvió parte de mí
Con los libros fue más por llenar un el vacío que se creó en mí cuando mi madre murió, ella amaba leer y nunca pude entender por qué, si no, hasta que abrí uno por iniciativa y, no por obligación, sentí como cada párrafo tomaba vida en mi mente haciendo que mi imaginación volara. Me llevaba a otro mundo, uno en donde no había dolor, ni odio, ni lamentos... solo eran cientos de letras y yo...
Termino de guardar los libros dejando la estantería completamente vacía, por segundos mi mirada se queda clavada en uno de los libros que está hasta arriba del montón, fue el primer libro que mi mamá me dio, ella misma fue partícipe de su edición, decía que era uno de sus favoritos. Salgo de mi habitación, bajó las escaleras encontrándome con mi progenitor en medio del paso, se percata de mi presencia mi me dedica una pequeña sonrisa, le devuelvo el gesto acercándome a él
Entre sus manos tiene una foto de nosotros antes de la muerte de mamá, fue una hora antes de que papá entrara a la sala de juntas donde le dieran las buenas nuevas. Pero nunca hubiésemos esperado lo que pasó luego de esa noticia
—Recuerdo ese día —confieso para evitar un momento incómodo—. Te habían ascendido en el trabajo, así que fuimos a tu restaurante favorito para celebrar, estábamos felices por ti, por lo que habías logrado... nos enorgulleces, y lo sigues haciendo... —apoye mi cabeza en su hombro y él recostó la suya sobre la mía
—Pero lo que pasó después... —dijo melancólico—. Si no me hubiese distraído
—Sabes que eso no fue tu culpa —asegure, cortándolo de tajo para que no se ponga triste— . Estábamos contentos y nos divertíamos... a mamá no le gustaría saber que te culpas por lo que paso
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Mientras caiga la nieve
RomantikAmante de los libros, cómplice del arte y una mecánica en avance, esa soy yo. Maliah Dayana O'Connor Ellis (adoro mi nombre) mi infancia fue la mejor etapa que viví en mi país natal, Panamá. Mi adolescencia fue una de mis etapas más difíciles ya que...