Si me preguntan; pese a ser una persona cristiana que se puede llamar a sí misma devota, puedo decir sin tapujos que me repugnan las fechas festivas.
Es algo que desde niño no he tolerado con facilidad, dos semanas que son estrictamente separadas y planificadas para que el ciudadano promedio, el cual es subyugado por un estado indiferente todo el año, sienta que es un premio a una larga temporada de arduo trabajo mal pagado.
Pero este año algo más me cayó pesado y fue el hecho de que estaría dos semanas sin mi dulce alumno de rosadas mejillas, a quien me he acercado un poco más estas últimas semanas, ganándome por primera vez, una cálida y dulce sonrisa de su parte justo después de haberlo ayudado con un informe en el que no tenía en claro alguna que otra consigna.
Y aquí se planta un disyuntiva, adoro que sea un alumno tan brillante en mi materia, pero detesto no poder ayudarlo un poco más, eso me permitiría, aunque sea sacar una charla casual, quizás con suerte un café, no estoy buscando más que conocerlo.
Realmente me gustaba Jeongin, pero con su problema para comunicarse y el mío de no querer quedar como un profesor pervertido, todo se volvía más complicado.
Ahora un poco más.
Aquella mañana nos encontrábamos reunidos en la sala de profesores mientras corregíamos algunos trabajos y diseñábamos un plan de estudios cuando apareció Chan, mi colega y profesor de Semántica de segundo año, decidido a tirar una bomba la cual detonó justo frente a mi nariz.
—¿No lo sabías? —habló como un muchacho chismoso de secundaria—El nieto de Yang está en tu clase y tú ni yo lo habíamos notado.
Para mala suerte mía, no había dos hombres apellidados Yang en el campus.
El único era Yang Kyungwon, mi jefe, y decano de la universidad.
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—¿Quién es? —pregunté algo temeroso de su respuesta.
—Yang Jeongin, según me dijeron.
—¡Carajo! —sólo me di cuenta de que había gritado cuando media sala se volteó a mirarme. Entonces me adapté a mi asiento e intenté ser un poco más discreto esta vez—¿Estás seguro de lo que hablas?
—Sí, Yang quería que no se supiera por un tema administrativo, pero encontraron sus documentos y supieron que es el hijo de su única hija, Sana.
—Ustedes son el FBI—había dicho en broma intentando ocultar mi decepción latente.
Si Jeongin me parecía difícil de obtener antes, ahora era francamente imposible, porque no pondría en riesgo mi empleo por él por más bonito que fuera, siempre hay alguien más, pensé intentando hacerme creer aquello a mí mismo.
Por lo menos ahora podía tomar ventaja de nuestro distanciamiento temporal.
Iba caminando por uno de los pasillos de la Universidad cuando algo detuvo mi andar, más precisamente alguien.
—Profesor—había escuchado su dulce voz detrás de mí, sintiendo como su mano rodeaba mi antebrazo.
En mi sorpresa me di media vuelta para observarlo recuperar algo de aire, debido a que corrió hasta mí. Luego su lengua humectando sus labios rojos y entonces tuve que apartar la vista.
—Profesor...
—¿Qué sucede, Yang? —intenté sonar distante pero no logré entender si era muy obvio que era fingido. Luego vi su rostro y la tristeza lo asaltaba.
—Usted nunca llama a sus alumnos por su apellido...—lo vi bajar la mirada y jugar con sus manos como un niño—¿Hice algo mal, señor?
Bastante jodido fue pensar todo lo que pensé cuando oí ese "señor" de sus propios labios.
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Sense ❁ HyunIn
Roman d'amourHwang Hyunjin conoció la perdición, y justamente se llama Yang Jeongin, su alumno con cara de inocente (˖۪❀) Todos los créditos a su autora original (Kevinmayedo ). (˖۪❀) Drama y romance (˖۪❀) Hyujin; Top! Jeongin; Bottom!