Esa misma noche cuando llegué a mi casa precisé darme un baño de inmersión para relajar algunos músculos, los mismos que estaban casi petrificados producto del estrés que sobrecargaba.
Jeongin al fin había conseguido lo que quería de mí y yo no estaba muy seguro de si realmente esto no terminaría por dañar aún más su pequeña mente. Temía que quisiera algo que no podría darle. El mismo me había dejado claro que buscaba lo que yo planteaba en mis trabajos literarios.
Pero la verdad es que cuando uno lee un libro que le gusta, generalmente una historia empalagosa de algún escritor sin nada más que hacer que vender el amor como una innovación que debes tener, la gente quiere ser partícipe de ella.
A todos nos gusta lo utópico de un amor que sobrepasa cualquier obstáculo, que se funde en lo armonioso y donde cualquier pelea se remedia con una sesión pasional de sexo, aunque en la vida real tristemente no sea así.
Y nosotros los escritores vendemos lo que la gente quiere comprar, nadie se ilusionaría sobre una historia de amor dónde ambos protagonistas nunca llegan a congeniar o tienen que ver todos los problemas maritales que acarren con su relación, es por eso por lo que en mis obras más allá de los juegos de roles lo más atractivo era el trasfondo romántico, dos hombres que sin tener demasiado que hacer el uno con el otro mágicamente encuentran la forma de funcionar juntos.
Lamentablemente la paradoja de mi vida como escritor es que no creo en el amor como algo místico y sustancial sino más bien como un mecanismo biológico que motiva a las especies a aparearse y a terminar buscando no más que su propio placer.
Mi placer es joder adoptando un rol dominante, flagelar, morder, marcar, no obstante si tuviera una relación jamás la mezclaría de nuevo con ello, simplemente por el hecho de no desvirtuar el vínculo.
Es por eso por lo que Jeongin al aceptar entrar en este juego renuncia a cualquier otra cosa que podríamos llegar a tener.
Sin embargo, al estar sumergido en la tina de agua caliente algo parecido al gozo se coló en mi sistema, porque al fin tendría a esa pequeña criatura bajo mi autoridad sexual, me pregunté cuanto sabría de aquello que tanto presumía querer y me alegré de saber que eso lo sabría mañana.
════ ∘◦❁◦∘ ════
El día se presentó extenuante bajo mi criterio, demasiados trabajos que corregir y a falta del profesor Choi tuve que ocuparme de su materia, la misma dónde (para peor suerte) estaba mi alumno predilecto sentado justo al frente lanzándome miradas de complicidad.
¿Siempre tenía esa manía de lamerse los labios tan frecuentemente o era una provocación?
Intenté no distraerme con aquellos pensamientos de mi mismo empujándome en su boca, mientras disimuladamente acomodaba mi media erección en mis pantalones y volvía la atención a mis gafas para evitar levantar la atención en aquel lugar.
—Continuemos—solicité levantando la vista de la mirada de Jeongin que se posaba justo allí volviendo a mojarse los labios.
"El maldito lo hace adrede." comprendí.
════ ∘◦❁◦∘ ════
Llegando a casa a eso de las cinco de la tarde me dediqué a ordenar mi lugar para que se viera un poco más decente, cuando escuché el timbre sonar dos veces y mi corazón dejó de bombear por dos unos mili—segundos. Estaba aquí.
Llevaba un tiempo sin tener un sumiso, era normal para mi sentirme como si no fuera a desempeñar el papel perfectamente como lo hacía en el pasado, más teniendo en cuenta la actitud rebelde de este chico quién precisaba una buena lección de disciplina.
ESTÁS LEYENDO
Sense ❁ HyunIn
RomanceHwang Hyunjin conoció la perdición, y justamente se llama Yang Jeongin, su alumno con cara de inocente (˖۪❀) Todos los créditos a su autora original (Kevinmayedo ). (˖۪❀) Drama y romance (˖۪❀) Hyujin; Top! Jeongin; Bottom!