Tu eres mí deseo

conocernos

Era un día normal en el reino de rosas.
Asha estaba en su habitación preparándose para recibir a tres nuevas personas en el reino de rosas y también, el que tendría una entrevista con magnífico.

-¡Cariño ya es está el desayuno!-
Grito su madre desde la cocina. Después de ponerse su vestido, perfume y pensar su cabello, salió corriendo de su habitación.

-lo siento mamá, no podré ahora, se me hace tarde-

-¡Pero bueno, al menos llévate el desayuno!- dijo su madre entregándole un tapper de color celeste a Asha.
Está lo tomo y salió corriendo de su casa.

Pudo llegar a dónde estaban los invitados y nuevos miembros de rosas.

-¡buenos días!, perdón por la tardanza-

-no pasa nada, ¡Estamos ansiosos de ver el reino rosas!- dijo el hombre.

Asha les dio un tour a los nuevos miembros. Con mucha emoción y dándole como regalo de bienvenida una canasta de galletas de chocolate.
Después de haber hecho eso, fue corriendo hacia el palacio de magnífico.

-dios, llego tarde- murmuró Asha. Al llegar a las puertas fue recibida por la esposa de magnífico

-Reina Amaya, lamento llegar tarde, recibí a unos invitados- dijo Asha nerviosamente haciendo reverencia a la reina.
Amaya sonríe cálidamente.

-cariño, no tienes que hacer reverencia ante mí-
Dijo Amaya.
La mujer llevo a Asha a dónde estaba magnífico, subiendo las escaleras y dejándola enfrente de la puerta donde trabajaba el rey.

-espere ¿No se va a quedar conmigo?- pregunto Asha nerviosamente.

-no no, magnífico quiere estar a solas contigo para así ustedes puedan charlar-

Asha se sentía nerviosa. Ahora estando sola, entro a dentro donde se veía la sala de adornos. Ella tendría que esperar a magnífico en aquel lugar, mientras tanto, vería el lugar por su cuenta.

-wow, esto es muy bello- dijo Asha. Su atención se detuvo en una bella flor azul brillante como una noche estrellada. La flor tenía vida y mientras se acercaba Asha. La flor se inclinaba hacia adelante.
Llevo su mano a la flor y está rozo uno se sus pétalos en su mano. Ella sonríe y acaricia gentilmente a la flor quien parecía estar contenta con los toques gentiles de la joven.

-muy bella ¿Verdad?-

Asha dio un del susto al oír la voz de magnífico quien estaba detrás de ella.

-¡Oh magnífico!, digo, ¡Rey magnífico!- dijo nerviosamente mientras hacía reverencia.

-un gusto conocerte Asha, parece que le agradaste a Flori-

-¿Flori?-

-asi es, se llama Flori, es una planta que puede sentir las vibras de las personas, no es muy afectuosa con desconocidos, pero tus vibras las convencieron de que la tocaras- dijo magnífico. Asha se voltea en dirección a la flor.

-awww, que lindo nombre Flori, pero más linda eres tu-
La flor se agacha un poco y su color cambia a uno rosa por oír el elogio de Asha.

-bueno, mejor entremos-

Magnífico guió a Asha a su laboratorio. Al entrar, ella quedó fascinada con ver el lugar. Era un espacioso y muy lindo. También quedó más fascinada al ver los pequeños frascos de cristales donde había líquidos de diferentes colores. Unos daban burbujas, de otro salía pequeñas mariposas y el último daba como pequeñas estrellas.

-y dime Asha, ¿Cuáles son tus intenciones de ser mí aprendiz?-

Dijo magnífico volteandose hacia Asha.
Está se puso nerviosa intentado encontrar las palabras correctas para así poder responder a su pregunta.

-b-bueno, mí intención es el poder servirle a usted en su poder, ayudarlo en cualquier cosa y poder aprender más de usted-

Dijo Asha nerviosa. Magnífico le hizo otras preguntas a Asha después de un rato. Magnífico se vio interesado en ella y en sus respuestas.

Magnífico llevo a Asha a dónde estaban los recipientes con todos los líquidos y pociones que lo ayudaban en su trabajo.
En un momento, Asha se detiene en un recipiente que estaba bajo fuego. Cambiaba de colores muy seguido y temblaba.

-huy que lindo...- dijo Asha acercándose al recipiente. Magnífico se volteo y entro en pánico.
-ASHA ALÉJATE- grito magnífico. Asha no hubo tiempo de escuchar, así que magnífico fue hacia ella y la empujó. El recipiente explotó y ahora había una nube de brillos y colores en el lugar.

Asha estaba en el suelo y tuvo un fuerte golpe en la cabeza.
-ugh, dios- dijo Asha, abrió un poco sus ojos y vio que magnífico se había caído encima de ella y el estaba arriba.
Tenía su cabello casi hundida en su cuello y su respiración caliente le dio escalofríos a Asha, casi volviendo su rostro en un tomate.

-a-asha...¿Estás bien?- dijo magnífico. Abriendo también sus ojos y levantando un poco su cabeza. Abrió sus ojos con dificultad y se quedó mudo al estar cara a cara con ella, muy cerca. Sus mejillas se ruborizaron. Le fue un poco difícil moverse y se quedaron por un segundo en aquella posición con magnífico encima de Asha muy cerca con sus cuerpos pegados y tocándose.
En el momento en que el rey reacción, rápidamente se separó y levantó.

-y-yo, lo siento mucho p-por lo que paso-
Dijo el mayor ayudando a Asha a levantarse. Asha se disculpo sintiendo culpa de no haber oído a tiempo el aviso de el.
Hubo un momento de silencio incómodo en el que ahora estando de pie, ambos seguían pegados después de que magnífico la había ayudado a que se levantará.

-creo que...se me está haciendo tarde...-

Dijo Asha, finalmente rompiendo el hielo y separándose del mayor. Ambos estaban nerviosos por lo que sucedió y era difícil mirarse al rostro.

-s-si, después te hablo- tartamudeando un poco magnífico.
Asha salió apresuradamente del laboratorio muy roja y nerviosa intentando procesar lo que había sucedido.

-asha ¿Estás bien?-

Asha se detiene en seco al oír la voz de la reina Amaya.
Asha no planea voltearse.
-s-si reina Amaya, todo está muy bien-

-¿a donde vas?-

-ya termine con magnífico, tengo que ir a ver a mí madre-

Dijo Asha, se volteo un poco dejando ver su claro rubor en sus mejillas, recibiendo una mirada extraña de Amaya acompañado de una de preocupación. No tuvo tiempo de hacerle más preguntas ya que la joven salió corriendo del lugar.

Asha Corria a toda velocidad, intentando estar lejos de toda cosa y persona, pero más sobre el castillo.

Llegando a su casa que estaba vacía. Se sentó en una silla de la mesa para tomar un poco de aire y procesar todo lo que sucedió.

Solo esperaba que nada malo sucediera...