misterio

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era una mañana tranquila, asha se levantaba muy feliz, como siempre. salió de su casa para ir a la cocina de su amiga donde estarían sus amigos.

-¡muy buenos días!- dijo en voz alta esperando ser recibida por al menos uno de sus amigos. al entrar pudo oír el llanto de un bebe, miro y noto que gabo sostenía un bebe. este lloraba tan fuerte que hasta sus mejillas estaban rojas.

-¡callalo!- grito Simón mientras se tapaba los oídos con sus dedos, él y todos no soportaban el llanto de aquel bebe

-¡eso intento idiota!-
gabo hacia lo posible para calmar al bebe, le cantaba y la movía un poco, como hacen todos para calmar a uno, pero nada funcionaba. todos gritaban hasta que al fin intervino asha

-¿¡que está sucediendo!?

-¡es él bebe, no deja de llorar!-

-hicimos de todo, pero no se calma! ni si quiera quiere tomar del biberón- dijo simon
asha fue hacia gabo y le quito él bebe de las manos. desenvolvió al bebe, ya que este tenía mucho calor. asha lo movió un poco mientras lo acariciaba, pero él bebe no se detenía. pensó que tal vez no podía eructar o dar gases. lo puso al lado de su pecho, su cabeza en su hombro y empezó a darle pequeñas palmadas. por un rato, él bebe empezó a dar eructos y gases, cortos, pero pudo hacerlo.
aún seguía llorando. lo acurruco a sus brazos y lo movía un poco, eso lo calmo un poco.
como ultima opción, fue darle del biberón. asha se acercó para tomarlo, lo acerco lentamente al bebe y dejo que la punta rozara sus labios. él bebe empezó a absorber la punta para después empezar a tomar del biberón. ahora estaba más tranquilo.
todos estaban procesando como asha, calmo al bebe, un poco difícil, pero lo logro.

-el solo no podía eructar y liberar gases-. .

-¡¿p-pero como!? ¡nosotros hicimos lo mismo y no pudimos!- dijo gabo. -¡s-si, hicimos lo mismo y de diferentes formas!- dijo simon.

-pues, seguro lo estaban haciendo mal...¿de quién es él bebe?-

-es mío, mi tía me lo dejo a cargo, ya que tiene que trabajar horas extra, así que lo tendré que cuidar...-

-¿y cómo empezó a llorar?-

-así estaba en el camino, espere que alguno de ustedes lo sabría calmar, solo fuiste tu asha-

asha mira al bebe, ahora tranquilo, sus mejillas ya no estaban rojas, sus ojos un poquito, pero fue por el llanto. lo acerco más a su pecho, para que estuviera más cómodo y así, asha le diera mejor el biberón.
gabo se acercó y acaricio el cabello del bebe, pero este dejo el biberón y volvió a llorar. se alejó y dejo que asha lo calmara, al instante lo hizo.

-¿y ahora qué?-

-tal vez debes dejarlo por un rato con asha, el parece más cómoda con ella-

-vaya asha, eres una experta, ¿pero cómo?-

-he cuidado de muchos niños, y la mayoría eran bebes- asha se sentó en una silla, estando cómoda, sonriendole calidamente al bebe, que lo ponía más tranquilo y no paraba de mirarla con amor.

-y dime asha, ¿cómo te fue con magnifico?- pregunto dahlia 

-¿eh?-

-sí!, a la cena que fuiste invitada. - dijo safi. asha hizo una mueca de incomodidad, pensando que decir.

-bueno, en realidad fue una fiesta-

-¿¡que!?-

-así es, había reyes y reinas en aquel lugar, era algo elegante-

-¿y te divertiste? - pregunto Darío. asha se quedó en silencio, sus mejillas se ruborizaron un poco al recordar la noche de ayer, de cómo fue escuchada por una vez, sin juzgar sus sentimientos, poder jugar y divertirse libremente después de haberse quitado un peso de encima, sentirse libre. una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro, fue algo hermoso el recordar eso que se olvidó de la pregunta de su amigo.

Tu eres mí deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora