¿quien eres?

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Era otro día, y asha estaba en su casa, sentada en su escritorio, aun preocupada por flori y esperando ir al castillo de magnifico, para saber si estaba todo bien.
Ella estaba escribiendo en su diario lo que había sucedido con flori, el cómo se sentía con todo este desastre.

-espero que estes bien flori...-

Llamaron a la puerta principal de la casa. Como no había nadie, tuvo que ir ella misma a abrir.
Fue y abrió la puerta de mala gana, solo para encontrarse con una figura negra, de 1,89 cm de altura. No se podía ver su cara, porque llevaba una capa con capucha que cubría todo su rostro. Pero lo único que, si se podía ver, era sus ojos brillantes de color amarillo.

Ella retrocedió con miedo, pero manteniendo una expresión seria. Estaba en shock como para demostrar algún signo de miedo o gritar

Ella escucho como la puerta de su casa fue tocada. Como estaba sola, tuvo que ir a ver quién era.
Al ir y abrir la puerta, se encontró con una figura sombría de 1,89 cm de altura. Llevaba puesto una bata negra que llegaba hasta los muslos. Botas marrones que llegaba hasta donde el borde de s vestimenta. Tenía puesta una capucha. No se veía su rostro, pero sus ojos si, eran color amarillo, brillaban como la luz de una estrella. Ella no podía reaccionar, solo mantener una expresión seria, con una actitud normal. Ella retrocedió, y aquella figura masculina entro.

Quería gritar, pero era difícil.

-¿puedo ayudarle señor?- pregunto, con un tono nervioso.

El solo se acercó a ella, y saco de su bolsillo, una daga filosa.

Asha seguía retrocediendo, poco a poco seguía saliendo del shock mostrando su temor.

Tomo con rapidez una sartén y quiso golpearlo, pero este la detuvo, agarrándola de su muñeca. estaba más asustada, ahora tenía la daga cerca de su cuello. Ella forcejeo hasta que pudo liberarse, pero eso la llevo a caerse y golpearse con el borde de la mesa a su nuca.

Todo se volvió borroso, escuchaba al hombre hablar, pero no se podía entender que decía.

Lentamente, sus ojos se cerraron y cayo inconsciente.

En otro lado

Magnifico estaba yendo a la casa de asha, para así buscarla y empezar a enseñarle de magia. Gracias a dahlia, quien le indico donde vivía.

Él se vistió como un pueblerino, para que no lo distinguieran de ser el rey.

Con excito llego a su hogar, pero su puerta estaba abierta. El sintió algo. No sabía cómo explicarlo, pero su sexto sentido lo hizo entrar en alerta.

-¿asha?-

Él se acercó cerrando su paraguas, y vio que había algunas manchas de sangre, todo era un desorden. Entro en pánico y entro a la casa. Gritaba su nombre con desesperación. No había señales de ella. Volvió a la cocina, para buscar alguna pista, y luego, su atención volvió a la sangre.

Había pétalos marchitados, se agacho y tomo uno.

-no puede ser...-

El distinguió esos pétalos. Eran de flori...

Salió de la casa, buscando por todas partes, alguna pista. Dio toda la vuelta en la zona, hasta encontrar algo.

Había algunas manchas de sangre, dejando un rastro hasta el bosque.

El las siguió antes de que estas se perdieran.

Cada vez las gotas eran más grandes y se estaban perdiendo.

Se apuro para seguir el camino, hasta encontrar una figura negra, y delante de esa cosa, estaba asha. Ambos estaban en la zona de los deseos secretos. Era un lugar donde las personas escribían sus deseos o secretos. Esas notas luego se entierran y puede haber alguna posibilidad de que suceda algo, positivo como negativo. Pero una vez que la entierras, ya no lo puedes recuperar

Tu eres mí deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora