Capitulo 2

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Suguru Geto

Vengo de una familia de no hechiceros, desperté mi técnica a los seis años lo cual obviamente desconcertó a mis padres, digo, ¿Qué haces si tu hijo puede ver cosas que tu no? Y para peor, se las puede comer.

Fue algo que en un principio me aterro. Hasta que un día personas con ropa rara tocaron la puerta y nos explicaron todo, yo no entendía mucho, digo, tenía 6 años, no sabía ni porque me podía comer esas cosas.

Nos dijeron que cuando yo cumpliera los 15 años podría asistir al primer año en la escuela de hechicería, lo cual aceptamos.

Intente conocer más mi técnica, aunque mis conocimientos fueran bastantes limitados. Lo que no espere es que aquel día, 3 años antes de cumplir 15, aquellos hombres volvieran

- ¿un matrimonio dice? – hablo mi padre - ¿Por qué? –

- hay una familia de hechiceros muy importante que está interesada en que su hijo y el heredero del clan tengan algún tipo de descendencia – hablo uno de los hombres – para esto, la familia ofreció una gran suma de dinero, pero si ustedes se oponen ellos no lo-

- ¡aceptamos! – dijeron mis padres antes de que el señor pudiera seguir hablando

- bien... la familia les dará 10 millones de dólares como agradecimiento, se les será entregado en unas horas – termino de decir aquel señor, el cual se veía un poco incomodo ante la situación

- oiga señor – hable – ese chico... ¿Cómo es? ¡ni siquiera lo conozco y quieren que me case con el! Suena muy tonto... - no podía entender cómo es que mis padres estaban tan felices, me habían prácticamente acabado de vender.

- pues... - el hombre estaba un poco sorprendido ante la actitud de Suguru – no se mucho acerca del joven Satoru, solo sé que nació con albinismo y que es alguien un tanto... testarudo, no es de extrañar, su madre era igual, oh... por cierto, solo por evitar conflictos no nombren a su madre frente al clan o de él, es un tema... delicado. No tengo nada más que decir, me retiro. –

A partir de ese día mis padres cambiaron, el dinero los cambio, no, ellos ya eran asi, unos tontos a los que no les importe.

Odié a Satoru con toda mi alma, pensé que él era el culpable de que ellos cambiaran, aunque la realidad es que ellos fueron unos ambiciosos y ya.

Y ahora estoy aquí, sentado en esta sala casi vacía esperando a empezar mi primer año en la escuela de hechicería.

Con el rato llego una chica y el profesor, el cual solo dijo que éramos un total de 3 alumnos de primer año y que el único que faltaba era el, Satoru Gojo.

Estaba un poco nervioso, a decir verdad, nunca lo había visto, aunque los rumores eran demasiados, en especial sobre su atractivo, aunque no eran los típicos halagos que esperas que sean dirigidos a un hombre. Hablaban sobre sus facciones finas, su piel pálida, su cabello blanco y sobre su delgado cuerpo, y unos que otros comentarios un poco, fuera de tono, los cuales los encontraba super desagradables y denigrantes hacia su persona, me llegue a pelear con varios chicos por ese tipo de comentarios, no lo conocía e independiente de que fuera mi prometido nadie merece que se refieran a el de una forma tan vulgar e indecente.

El tiempo pasaba y él no llegaba, primera cosa en la lista, era impuntual.

No era la mejor impresión, pero algo es algo.

Media hora después alguien toco la puerta y el profesor se dirigió a abrirla, pero antes de que pudiera decir algo o reprender al chico el cual llego tarde, este empezó a hablar frenéticamente

- ¡lo siento lo siento! No logre encontrar cual era el salón esta cosa es enorme, termine en un lugar raro para luego caer por las escaleras ¡no entiendo porque había escaleras alli! Luego di unas vueltas llegue al comedor al patio al gimnasio a la piscina, pero por fin estoy aquí – hablo el chico detrás de la puerta, pude ver unos mechones blancos asomarse, por lo que, aunque fuera obvio, reafirme sobre quien era ese chico.

- bien, puedes sentarte, Gojo, pero última vez que algo asi sucede, ¿quedo claro?

- claro señor eee – parecía estar esperando una respuesta de parte del mayor

- yaga, puedes decirme profesor o señor yaga – hablo el profesor

- Bien bien, como usted diga señor calvito – Y como si nada hubiera pasado se sentó en el puesto que quedaba

Note que la chica trataba de contener una pequeña risa debida al apodo que el albino le había puesto al profesor, el cual estaba con el ceño fruncido.

- no soy "señor calvito" – Aclaro el profesor para luego solo soltar un suspiro – Bien, ya que todos estamos aquí, es hora de que se presenten se vuelvan amigos o esas cosas que se supone que pasan en las escuelas. Bien, Shoko, comienza tu por favor –

- Bien, profesor – la chica se levanto de su puesto y comienzo a hablar desde allí – Me llamo Shoko leiri, tengo 15 años, vengo desde Kioto y me gustan muchos las paletas y chicles. Soy de cuarta clase al recién estar entrando, lo más probable es que no me vean mucho en campo pues mi técnica es mucho más útil en el lado de la medicina –

- ¿Desde Kioto? ¿Por qué no te quedaste en la escuela de hechicería de allí? – interrogo Gojo

- Porque pensé que seria mas divertido empezar esta vida en otra parte – Respondió

- Bien, Geto, sigue tu por favor – hablo de nuevo el profesor, Shoko se volvió a sentar y yo procedí a levantarme de mi asiento

- Bueno, mi nombre es Suguru Geto, tengo 15 años, me gusta el café sin azúcar y en si todo lo que sea amargo. A pesar de recién empezar la escuela de hechicería soy de primera clase, espero llevarme bien con ustedes. – termine de hablar, no sabiendo realmente que otra cosa decir, y estando un poco nervioso por el hecho de sentir una fuerte mirada a mi alrededor.

- ¿Cómo tomas café sin azúcar? Eso debería ser delito – Hablo Gojo, su voz un poco más fuerte a comparación de cuando le pregunto a Shoko.

- No se que dices, es lo mejor del mundo, aunque tal vez tu no sepas de gustos – Respondí bromeando hacia el albino, al cual solo escuché reír un poco.

-Bueno, Gojo, solo quedas tu-

- Toda la razón señor calvi- digo señor Yaga. Mi nombre es Satoru Gojo, estoy seguro han escuchado de mi – hablo con cierto ego – Tengo 15 años, me gustan las cosas dulces, odio lo amargo. Soy de clase especial, dudo tener que decir el porque asi que eso seria todo lo que tengo que decir. –

Por primera vez desde que Gojo había llegado me permití verlo un poco más. Su piel pálida, cabello blanco, facciones finas y cuerpo delgado, confirme los rumores que había escuchado, su atractivo físico realmente era innegable, lo único que no lograba ver eran sus ojos, pues traía puestas unas gafas de sol.

Me quede mirándolo un poco, solo un poco más, hasta que el miro en mi dirección y nuestras miradas chocaron

- Ahora que te veo... Suguru – Hablo el albino, utilizando mi nombre con completa confianza – Ese flequillo es muy raro ¿Dónde te lo hiciste?, y decías que yo era el de los gustos malos – se notaba la burla en su tono a la vez que su sonrisa creció cada vez más.

- Serás un idio- -

- Ustedes dos, suficiente. Como ya todos se presentaron, empezare la clase –

Te cuidare, Satoru | SatosuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora