Posesivamente Adorable [KiriBaku]

09;

Capitulo 09

POV NARRADORA OMNISCIENTE:

Kirishima no sabía cómo reaccionar por las acciones ajenas, ¿Qué mierda debería de decir o hacer en está clase de situación? Lo que sí sabía es que debería de ayudar a su amigo a que no pierda la cordura, lo que claramente ya se fue para el caño.

—Bakugou, tranquilo hombre, por favor —Eijiro trataba de apartar con suavidad el cuerpo ajeno, pero este no cedía ni por más que ejerciera más fuerza. Pero lo dicho anteriormente por el otro regresó a su mente, ¿Dijo que quería usarlo? ¿Cómo lo iba a usar? ¿Por qué debería de prepararse? Alzó su cabeza para ver a otro, que estaba peligrosamente cerca suyo, su lobo lo deseaba con pasión.

Trago duro, aún teniendo su espalda pegada en el piso, siguió mirando preocupado. Tocó suavemente su mejilla izquierda, para que lo mirara mejor, este al sentir su tacto se juntó más a su mano, haciendo lucir lindo para el lobo interior de Kirishima. Mientras que el lobo de Bakugou miró con desesperación al otro, gritando y suplicando que lo toqué con sus manos, exploré su cuerpo, le reclamé, que lo haga suyo.

—Mal... dita... sea, Kiri... shima~ —no podía hablar bien el chico por la excitación, gimió su nombre exquisitamente, sonrojando al de dicho nombre. El de dientes puntiagudos estaba en shock, quería ayudar a su amigo, si, obviamente, pero no sabía como reaccionar adecuadamente a la situación presentada.

La mano de Bakugou viajó lentamente hasta la clavícula ajena, llegando a su cuello, deteniéndose en el mentón de Kirishima, quien lo miraba fijamente, nervioso, queriendo saber las verdaderas intenciones del más alto.

—B-bakugou... te ayudaré con gusto, ¿Si? Solo cálmate, te lo suplicó —le hizo saber, pidiendo con calma, se acomodo mejor en el suelo teniendo encima aún al otro alfa, quien cedía ante la tentación. Sentándose, logró que Bakugou se deslizara por su regazo, llegando a su retaguardia.

Un potente sonrojo apareció en su cabeza, no sabía en dónde esconder su rostro, queriendo tapar su vergüenza, ¿Qué debería de hacer? Literalmente el-, su mejor amigo estaba encima de su pene-... y le estaba gustando, demasiado, a consecuencia obvia, logrando prenderlo, poniendo dura su virilidad entre las el frente y trasero de su amigo.

De repente, Bakugou empezó a mover su cadera de un lado al otro, sacando suspiros involuntarios, pensando, lo rico que se sentía, ¿Por qué el jodido pene de Kirishima lo hacía sentir tan bien? No sabía a ciencia exacta la respuesta, solo pensaba en querer hacerlo con el chico debajo suyo.

Kirishima no estaba en sus mejores condiciones, estaba a punto de alzar al chico que jugaba con su pene, como si fuera un juguete. ¿Cómo llegaron a está situación? Solo iba a salir a mojar su camisa como ayer para ponerlo en la frente de su bro, pero terminaron de está forma, queriéndose devorar entre sí.

—Mm~, Ba-bakugou~, p-para~ —suplicando el chico tomó suavemente de la cadera ajena, apretando ligeramente esa parte. Katsuki se mordió el labio inferior, estando feliz que el otro lo haya tocado sin filtro alguno.

—Ja... ¿Crees que te obedeceré? —acercó su rostro al cuello, beso aquella parte, dejando un notable chupetón de regalo. Kirishima expulsó un inevitable quejido, esa succión le dolió.

Bakugou alzó su mirada, acercándose peligrosamente a sus labios, la calentura en su cuerpo no lo hacía estar bien en sus cinco sentidos, su cuerpo dolió, era insoportable, quería deshacerse de aquel calor con ayuda de su bro.

Kirishima no sabía que hacer, por tercera vez lo pensaba, no tenía ni la más remota idea de cómo lidiar a sí mismo, como también con el lobo de Bakugou. Pero de repente, sintió como el chico agarraba su mano de su cadera, para llevarlo a su cara.

—Mi... mierda, Ei~ —empezó a hablar, estremeciendo al más bajo —. Quiero... besarte, pero ugh~ —tal confesión impactó al chico, ¿Su amigo más varonil quería besarlo? No lo podía creer.

Un sentimiento que nunca había sentido se implantó en su pecho, ¿Qué era eso que sentía? ¿Por qué aquella confesión repentina le encantó? Era simple la respuesta. Porque se sentía especial, se sentía especial por ser la persona a quien quería besar Bakugou.

Hablando de Katsuki, este, desesperado, beso finalmente a su amigo, se quedó quieto, esperando a que el otro correspondiera, no tardó mucho para que moviera suavemente los labios, inexperto en esa área.

Eijiro guió sus manos a los muslos de Bakugou, afirmando su agarre, haciendo que Suki enredara sus piernas en su cintura y cadera, mientras que sus brazos abrazaron su cuello, empujándolo a seguir besando, besándolo más rápido, lamiendo sus belfos, en busca de más contacto.

Con todo el cuidado del mundo, se levantó con el rubio abrazándolo, lo llevó a la cama, recostando lo con delicadeza, no se decían nada, solo sabían que querían hacerlo. El aroma de Kirishima lo estaba desesperando, como también el otro le desesperaba el olor ajeno.

Se separaron unos breves, momentos para mirarse, sus respiraciones agitadas, los nervios a flor abierta. A perspectiva de Kirishima, Bakugou se veía jodidamente sexy, nunca había visto de una manera tan íntima a su amigo, y con la perspectiva de Bakugou, Kirishima se veía malditamente dominante, quería que lo haga de su propiedad.

Pero cuando se iban a volver a besar, escucharon un golpe del otro lado de la puerta. Kirishima vió preocupado y asustado a Bakugou, aunque en realidad el otro no estaba consciente de lo que pasaba realmente.

—¿Chicos...? —Kirishima se quedó congelado por unos segundos, esa es la voz de Sero. Cuando reaccionó otra vez, Ei trató de separarse de su amigo, pero este no lo soltaba en la parte de la cadera —. Oigan, ¿Están bien? —preguntó preocupado.