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—¡Zoro! Por fin llegas, ¡Muero de hambre!
Un chico pelinegro se acercó corriendo hacia Zoro con los brazos abiertos, al tenerlo cerca no dudó ni un segundo en darle un fuerte abrazo. Habían pasado años desde la última vez que se vieron.
Afortunadamente aún seguían en contacto, y no solo ellos, toda la generación lo hacía. Dicha comunicación los ayudó a agendar un día en la semana para verse todos en un restaurante con la intención de cenar y charlar acerca de sus vidas en los últimos años.
Roronoa tomó asiento junto a Luffy, quién staba más que contento por tener a todos sus amigos reunidos nuevamente. Y claro, sus compañeros de aula.
El ojogris inspeccionó la mesa por un instante, captando que alguien hacía falta.
—¿Y _____? –Preguntó con tono desinteresado, aunque sabemos que era todo lo contrario.
—Llamé a su teléfono hace unos minutos, dijo que estaba en camino –Le respondió Nami.
Zoro no respondió, tuvo la intención de entretenerse en su móvil mientras esperaba pero los constantes insultos del rubio fueron una mayor tentación. Dando inicio a una discusión.
Justo como en los viejos tiempos.
Alrededor de quince minutos aproximadamente la puerta del restaurante se abrió, dando paso al pelirrojo Eustass Kid. Todos le saludaron con una sonrisa en el rostro, excepto Zoro y Sanji que estaban muy ocupados discutiendo.
Detrás de Kid _____ asomó su cabeza, luciendo una enorme sonrisa. Al igual que al pelirrojo todos la saludaron con una sonrisa. En este caso la discusión del peliverde y el rubio quedó a medias, pues ambos giraron el rostro para recibir a la chica.
Sanji, con su clásica actitud mujeriega la saludó con enormes ojos de corazón y un sangrado nazal. Zoro por el otro lado, al mirarla no pudo evitar sonreír. Había pasado mucho desde la última vez que la vió.
Las sonrisas duraron poco, pues cuando _____ exhibió por completo su cuerpo todos quedaron sorprendidos al ver su vientre crecido.
Inmediatamente las preguntas los inundaron a ambos.
—¡¿Hasta cuándo planeaban ocultarlo?!
—¿Cuando te enteraste?
—¡Ese debí ser yo!
—¿Será niño o niña?
—¿Están casados?
—¿Seguro que eres el padre?
Kid chasqueó la lengua, notablemente molesto por el bombardeo de preguntas.
—¡Pues claro que soy el padre, imbécil! –Aún molesto, caminó hacia Zoro y tomó asiento a su lado, y de lado de Kid se sentó _____– Te dije que se pondrían como locos.
