🍺Zoro al notar que estás enferma y haces grandes esfuerzos o simplemente lo ocultas, te toma como un costal de papas para dejarte en la habitación de Chopper a qué el reno te de los remedios necesarios para tu curación. El siempre se mantendrá a tu lado en cada momento dispuesto a servirte.
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•En el acuario del Sunny•
-¿Estás loca mujer? Estás ardiendo en fiebre, apenas y puedes mantenerte en pie.
-Por supuesto que no, yo estoy bien. Iré con Usopp -Caminaste unos cuantos pasos indignada lejos del espadachín esperando que te creyera-
Te sentías altamente mareada, con frío, cansancio y ganas inmensas de desmayarte. Pedirías ayuda a Chopper pero eras demasiado orgullosa como para hacerlo. Diste un paso en falso que te hizo caer, el impacto de tu cuerpo contra el suelo te hizo quedar inconsciente. Solo lograste escuchar un grito del peliverde.
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Abriste los ojos lentamente, la tenue luz de una vela sobre un buró era lo único que alumbraba la habitación. Tenías un paño húmedo en la frente y estabas tapada hasta el cuello. Te enderezaste buscando a alguien más en la habitación.
La puerta se abrió dejando ver a un peliverde con un plato en mano.
-¡Oi! Ya despertaste -Zoro enseguida se aproximó hacia tí dejando el plato en un estante de al lado- ¿Cómo te sientes?
Si mirada mostraba preocupación, con una pizca de molestia.
-Cualquier cosa mejor que antes, lo único que cambió fue mi cansancio.
-Claro que así fue, ¿Que esperabas después de dormir nueve horas corridas?
-¡¿Nueve horas!?
El peliverde asintió divertido por tu expresión.
-Te desmayaste después de decir que ibas con Usopp, el daño pudo haber sido más grave si no hubiese sujetado tu cabeza antes de que impactara con el suelo. Chopper dice que necesitas descansar un par de días, no vas a hacer nada y solo estarás posada en cama.
-No quiero ser una carga para todos ustedes.
-¿A qué te refieres con "todos ustedes"? Yo soy el encargado de cuidarte, no planeo dejarte sola.
-¿Que hay de tus entrenamientos?
-Pueden esperar, lo primordial es que tú te recuperes. -Zoro acarició tu cabeza con dulcemente - Ahora come, que la sopa se enfría.
Te extendió el plato dejándolo sobre una almohada encima de tu regazo.
-Iré a preparar el baño, necesitas entrar en calor por lo que te daré un baño.
Un rubor invadió todo tu rostro haciendo soltar una carcajada a tu chico.
-¿Pero que es esa reacción? Cómo si nunca te hubiese visto desnuda antes.
-¡Zoro! -Gritaste sonrojada-
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-Zoro necesito que dejes a _____ aquí, le daré la atención que necesita -Propuso Chopper mientras preparaba un remedio-
Zoro aún contigo desmayada en sus brazos se negó.
-Yo me haré cargo de ella, solo necesito que me des el medicamento y varias instrucciones.
-¿Estás seguro? Si te haces cargo de ella será a todas horas del día, no podrás entrenar ni dormir todo el día.
-Si es por ella vale la pena, quiero que se recupere lo más pronto posible.
Chopper asintió entregándole a Zoro en una pequeña bolsa tu medicamento. El espadachín agradeció y salió de la habitación dirigiéndose a la suya.
Entrando procedió a cerrar la puerta y dejarte en cama, tapada hasta el cuello y con un trapo mojado sobre tu frente.
Roronoa se quedó mirándote fijamente un par de minutos, nunca se imaginó ver a su mujer tan vulnerable. Ella era todo lo contrario a ello. Sonrió y depósito un beso en tu mejilla algo caliente.
-No tienes por qué preocuparte Chopper, me encargaré de cuidarla con mi vida. Esté enferma o no.
