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Con sus manos temblorosas, Zoro sostenía a _____ entre sus brazos, sintiendo cómo la vida de ella se desvanecía lentamente. El tiempo parecía detenerse mientras miraba sus ojos cansados, que aún mantenían un brillo de amor y anhelo. Cada latido de su corazón era una agonía, una melodía triste que anunciaba su partida inminente.

Las lágrimas, como gotas saladas de desesperación, rodaban por el rostro de Zoro y caían sobre el rostro pálido de _____. Su voz quebrada y ahogada por la tristeza rogaba en susurros por un milagro, por un giro del destino que les permitiera seguir juntos, maldiciendo el cruel infortunio que les había arrebatado su felicidad.

En ese momento, el pasado se entrelazaba con el presente y el futuro se desvanecía en una neblina sombría. Todo lo que importaba era el amor que había compartido, los recuerdos grabados en lo más profundo de su ser. Zoro acarició delicadamente el rostro de _____ con sus dedos temblorosos, como si quisiera capturar cada rasgo en su memoria, temiendo olvidar algún detalle que la hacía única.

Sus labios apenas pudieron articular palabras de consuelo, su voz entrecortada por el dolor que lo envolvía. Prometió quedarse a su lado hasta el último suspiro, prometiéndole lealtad eterna incluso en la oscuridad que inevitablemente seguiría.

Mientras _____ cerraba los ojos lentamente, casi como una mariposa que se despide con gracia, Zoro sentía cómo su corazón se desgarraba en mil pedazos. Un grito silencioso de desesperación se ahogó dentro de él, mientras luchaba por contener la tormenta de emociones que amenazaba con arrastrarlo al abismo.

El tiempo se detuvo en ese instante, y _____ se convirtió en un suspiro que se desvaneció en el aire. Zoro se quedó paralizado, sosteniendo su cuerpo sin vida, como si el mundo a su alrededor hubiera dejado de existir. El sol brillaba aún, pero la sombra de la tristeza envolvió su corazón, dejándolo en la oscuridad.

[...]

Fue entonces que Zoro despertó de golpe, sentándose en la cama, sudando frío y con la respiración agitada, intentando enfocar su visión en la oscura habitación apenas iluminada por la poca luz lunar que se colaba por la ventana.

Apresurado, buscó el cuerpo de su amada a su lado, pero allí no había nadie.

En ese momento, Zoro desesperó.

Salió como rayo de la habitación que compartía con _____ buscándola por todos lados susurrando su nombre con inquietud.
Fue allí cuando la encontró, bebiendo tranquilamente de un té que anteriormente había preparado degustando el sabor mirando a un punto fijo de la cocina.

Al sentir el peso de una mirada, la chica se giró topandose con Zoro. Sin notar su intranquilidad le sonrió despreocupada, como un saludo.
El peliverde no pudo evitar sentir un gran alivio al verla a sana y salva frente a él, luciendo tan hermosa como siempre. Se apresuró a abrazarla hundiendola en su pecho asegurandose de no soltarla, sin tomarle importancia al hecho de que un poco del té caliente se derramara sobre él.

—Cariño, ¿Te encuentras bien?– Formuló _____ al notar su comportamiento, dejando de lado su bebida.

Al no recibir respuesta, volvió a preguntar.

—¿Qué te parece si vamos a dormir de nuevo?

—No –Respondió enseguida Zoro provocando una ligera sorpresa en su chica– Quedemonos aquí.

_____ claramente no sabía exactamente lo que ocurría, pero por la forma de actuar de Zoro sabía que algo había ocurrido en el rato que se había ido de la habitación. Pues antes de ir a la cocina dió un último vistazo a su peliverde, y este se encontraba durmiendo pacífico.

Y fue ahí cuando por primera vez, Zoro no quiso regresar a dormir.

Y fue ahí cuando por primera vez, Zoro no quiso regresar a dormir

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Headcanon's Zoro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora