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"El dolor del alma, es el dolor que nunca sana; nunca deja de doler."

—ZARA!—Mamá me tomo entre sus brazos mientras corría escaleras arriba encerrándose en el baño conmigo en sus brazos, gritaba esperando que alguien la escuchara mientras temblaba, pero aún así nunca me soltó.

Los hombres de negro comenzaron a golpear la puerta con fuerza, gritando que abriéramos que sabían que estábamos allí.

—Zara escúchame.—Mamá me tomo del lo hombros haciendo que la mirara a los ojos.—Saldremos de aquí, y correrás, bien?

Asentí sin entender muy bien lo que está decía y siguió.

—Correrás tan lejos que no podamos encontrarte bien?—Mientras lágrimas caían y su voz se entrecortaba pronunció.—Jugaremos a las escondidas quieres?

—Mami no entiendo...—Dije con lagrimas en los ojos, no entendía que osaba pero presentía que era algo malo.

—AH!—Un grito proveniente de afuera alertó a mamá a tomarme de nuevo en sus brazos y salir disparando a la sala.

Pero justo ahí, papá estaba atado en una silla, lleno de sangre, agonizando en dolor...

—PAPI!!!—Me tire en el piso llevando mi pequeño cuerpo en su sangre.

—ZARA NO LO TOQUES!—Mamá grito sacándome del charco de sangre.

Y justo en ese momento, los hombres de negro se adentraron en la habitación.

—Zara...recuerdas lo que íbamos a jugar?—Mamá pregunto resguardándome de los malos.

—Si...—Pronuncie.

—Bien, corre.—Mamá volteó a verme y en ese momento los hombres de negro tiraron algún tipo de líquido transparente por todo el lugar.

—CORRE ZARA!—Mamá volvió a gritar abalanzándose contra ellos.

Corrí...tan rápido como pude, salté la ventana de la sala cayendo en el patio, un dolor en mis piernas hizo que me detuviera, uno dos y tres disparos tras el grito ahogado de mi madre hicieron que volviera a levantarme corriendo fuera de la casa.

Mire una última vez como la casa se prendía fuego, consumiéndose por completo con mis padres muertos adentro.

10 años eran suficientes para comprenderlo, mirándome en esa situación, con la ropa llena de sangre de mi propio padre, y escuchando los gritos agonizantes de mi madre, lo juré. Jure encontrar a los hombres de negro y matarlos de la misma forma en la que ellos lo hicieron con mis padres...agonizando de dolor.

I

Desperté sudando mientras me retorcía en la cama, mi pecho subía y bajaba, de nuevo ese sueño...salía corriendo de casa mientras esta se quemaba. Supongo que nunca lo superas del todo, pero no soñaba con eso hace bastante tiempo.

—Pesadillas?–La voz masculina me tomo por sorpresa haciendo que diera un pequeño salto en mi lugar.

—Puto psicopata!—Maldije.

The fallen devil; Kaulitz Twins. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora