Stronger

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El maestro llego exaltado al salón, siempre llegaba con su maleta, su regla y lentes oscuros(Si se los ponía, era la señal que el infierno se desataría), era alto, delgado, y muy(demasiado) religioso para mi gusto, parecía que la religión era la único que le pasaba por la cabeza, e incluso llegue a sacar la teoría que quería ser sacerdote o papa en su defecto, pero fue rechazado por demasiado fanatismo a Yisus, así que decidió estudiar matemáticas para entrar a una escuela católica, no era mi mejor teoría, pero estaba casi seguro que en su casa tenia en un altar la biblia autografiada por su querido Dios, la cruz donde crucificaron a Yisus y la capa de Juan Pablo II. Recuerdo que una vez lo encontré en una feria de libros (No solo lo debía ver en la escuela, también en la feria, genial) y pensé que iba a autografiar biblias para su ejercito de seguidores, estaba seguro que solo comía las ostias que robaba de la iglesia, estoy seguro.

-Buenos días mis hijos- Dijo el profesor mientras se acomodaba en su escritorio.

-Buenos días profesor Antonio- Se escucho en coro en todo el salón.

-Como se encuentran hoy mis hijos? Listos para segundo? Sera un periodo difícil, así que recen mucho para exentar.- Dijo el profesor

-Muy bien, gracias a Dios- Se volvió a escuchar en coro

El maestro se me quedo viendo unos momentos, yo trataba de ignorar su mirada mientras dibujaba en la libreta nueva, no era un gran dibujante, pero era un pretexto para ignorarlo, no quería volver pasar por las peleas impetuosas sobre la religión, aunque llevaba todos mis argumentos por si las dudas.

-Daniel, dije que como se encuentran mis hijos, ¡¡así que me refiero a todos ustedes!!- Dijo en voz alta el profesor.

-Me encuentro muy bien, gracias por preocuparse, ahora; ¿Seria tan amable de empezar el primer día de tortura de 247 días que quedan? Gracias-Dije.

-Cuida tu tono Daniel, vamos hijo, no puedes odiar a tu creador toda la vida, amalo, siéntelo, respiralo, óyelo, y trata de verlo, es hermoso.-Dijo el profesor como si hubiera visto la séptima maravilla del mundo.

-Para que creer en un Dios que solo promete un mundo perfecto mas no lo es, es como un político, que tiene cada vez mas seguidores pero no hace nada por su pueblo, ¿como puedo justificar que Dios es bueno? Viendo todo a mi alrededor, todo el mundo esta hecho mierda, ademas, como confiar en la palabra de los demás, puede ser que los que crearon a Dios estuvieran locos, todo es subjetivo, la biblia y los mandamientos son simples ilusiones, farsas. Usted por ejemplo es un fanático de un mundo ficticio, como puede pedirle a un Dios que le resuelva sus cosas, usted debe hacerlo, la religión es como un molde de la sociedad, antes la religión gobernaba todo, ahora se le quito poder por tratar de controlar a la sociedad a su imagen y semejanza, osea, una total porquería, no necesito a Dios para vivir, ni algún santo o algo así, solo me querido oxigeno, agua y lo mas hermoso que el ser humano a creado, la comida, gracias.- Le conteste al profesor mientras miraba la ventana y veia a los pájaros volando.

Todo quedo en silencio, solo se escuchaba el ruido de los ventiladores y los pájaros cantando del otro lado de la ventana, Antonio se quedo congelado ante mi, como si fuera todo lo contrario de un salvador, como si fuera un demonio enviado para llevar la palabra del fin del mundo y todo eso, Antonio dio la espalda, fue a su escritorio y ordeno de la manera mas fría que abriéramos nuestros libros de religión para leer sobre las demás religiones (Como si con una no fuera suficiente), todos se me quedaron viendo atónitos.

-Genial-pensé-Primer día y ya inicie mi revolución, bueno, no ocupo del todo a Chris, pero llame mucho la atención de los demás, sera mejor que los ignore un rato. 

Empezamos a leer, creo que la única religión que me gusto fue la budista, ya que no tenían ningún dios delante de ellos, Buda solo era un pensador que le gustaba la paz, no veneraban a nadie, pero la mayoría de los budistas se repaban, razón que me desconcierta un poco sinceramente. De pronto, una bola de papel fue lanzada a mi cabeza, cayo al piso y voltee para ver quien me lo había mandado, pero no hubo señales de vida, lo recogí, y lo abrí, la letra se me hacia familiar.

Chocando contra el cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora