Capítulo 3: Pudo ser mejor.

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Samantha~

¿Qué diablos pasó? Hace unos minutos me siento en la cima del mundo, que tengo todo resuelto y de repente me encuentro con este... Estúpido que trata de hacer mi día un infierno, espero que sepa que no me podría importar menos, que se pudra. Corro hasta encontrar el baño de mujeres más cercano, entro y pongo mis manos bien separadas sobre la encimera, mi respiración está acelerada, doy un vistazo al gran espejo enfrente de mi, mis labios están ligeramente separados mientras aire sale de ellos en pequeñas porciones y tengo una expreción nerviosa.

Tras varios minutos en el frío piso del baño de las mujeres me doy cuenta que este día empezó muy bien pero... Ahora... Bueno...

Camino hacia la salida del baño.

Veo una profesora.

"Disculpe, estoy algo perdida, ¿podria decirme donde se encuentra el salón E-401?" Pregunto mientras la profesora se detiene y voltea hacia mi.

"Si, es la última puerta de este corredor" dice con una voz grave señalando hacia donde es.

"Oh, muchas gracias" digo emocionada. Todo está bien. Sonrío.

"¿Nueva?" sonríe.

"Así es" respondo segura y amigable.

Doy media vuelta y empiezo a caminar.

"Se nota" susurra la profesora mientras me alejo de ella. ¿Se supone que no escucharía eso?

¿Qué?

Al llegar a la puerta tomo un gran respiro antes de entrar. Aquí vamos Samantha, no hagas el ridículo. Agarro el manubrio de la puerta. ¿Se trabó? Empujo con fuerza y tropiezo con mis pies, al entrar caigo al piso inmediatamente, suelto un respiro que no sabía estaba aguantando.

Estoy de manos y rodillas, y mi cabello cae por ambos lados de mi cuello. Que vergüenza, me he de ver ridícula.

Se escuchan risas de fondo.

"Señorita..." Mira su cuaderno de la lista de estudiantes. "Wilder, nos preocupamos de que no llegaría" dice un profesor en sus 50 años, ya quedándose calvo, con una camisa roja y una corvata negra que hace una graciosa curva en el area de su enorme estómago, usa unos pequeños lentes y tiene un raro bigote que talvez años atrás estaba de moda.

me levanto rápidamente mientras limpio mis rodillas y levanto mis libros junto a mi bolso. Miro al profesor apenada.

"Bueno si quiere puede ir a tomar asiento" me dice mientras se voltea a escribir al pizarrón.

"Si, claro" digo en voz baja, tal vez muy baja, lo suficiente para que solo yo me escuche.

¡Increíble comienzo de clases! Celebra mi subconciente mientras noto su sarcasmo.

Volteo a los estudiantes, esto... Será difícil. Solo encuentra una silla vacía y ya está. ¿No?

En las primeras filas noto que estan concentrados en la clase del profesor, tienen ropa profesional, bastante para solo ser el colegio, y algunos usan lentes y otros son asiáticos. En el medio hay estudiantes escribiendo, otros usando el celular. Un chico durmiendo, nadando en su propia saliva. Asco. Y atrás... Están los populares. Ese grupo de estudiantes que tienen sexo entre ellos, beben, van a fiestas siempre y que no les importa las clases ni nada que ver con los que no son de su grupo. No son mi tipo.

mis ojos encuentran al chico del corredor. Oh.

Sonríe. Pero no es una sonrisa amable... Mas bien pervertida. Siento un montón de sensaciones... Nervios, miedo, asombro, y enojo. Ignoro todo eso y me siento delante de un chico rubio con camiseta verde y ojos marrones, es la única silla disponible. Estoy un poco más atrás que el medio, a mi lado está ese chico del corredor de ojos verdes. Tiene su mano en la pierna de una chica, muy arriba diría yo, ¿no le importa a ella?

4AMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora