Profe

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Esteban ya no se sentía un pibe; trabajaba como profesor de filosofía en una universidad y daba clases de
todos los días, cuándo el sábado en la noche al fin llegaba estaba exhausto.

Sin embargo, ese sábado en particular, Enzo y Matias los habían invitado a él y Blas a una fiesta.
normalmente Esteban no era de fiestas, pero había aceptado.

Ahora, a pocas horas de salir, sentado en el sofá de Enzo, se había arrepentido

-¿y si nos quedamos?-preguntó en voz alta.
Enzo lo miró desde su lugar en la mesa y dejó el celular en la misma

-¿no serás muy divertido vos?

-tengo sueño, di clases todo el día hoy...

-¿y lo viste al pibe?

-no cursa los sábados

-como sabes de quién hablaba eh

Blas estudiaba en la misma universidad en la que él daba clases, aunque nunca fue su alumno.
solian verse los martes y jueves y se juntaban a almorzar en el bufet, sin embargo hacía algunas semanas que Esteban lo sentia algo distante.

-que denso sos

-dale, cambia la cara que en un ratito viene tu chiquito-dijo. Esteban solía llamar a Blas de esa forma lo que era tierno aunque se ganara la burla de Matias

-tenés que dejar de hacer eso, lo incómodas

-¿él lo dijo?

-no pero se nota, somos amigos, nos caemos bien, pero esto de la edad...

-le llevas menos de diez años ¿no viste como te mira?

-me ve como alguien grande, soy un profesor, él es más joven

-yo me voy a casar con alguien más joven...

-¡ya sé! solo digo que...yo le incomodo a él. el otro dia lo espere para almorzar y se fue con otro

-¿otro?-preguntó Enzo. era casi tierno la inocencia que a veces podia tener Esteban en no darse cuenta el significado de las palabras que usaba.

En ese momento la charla se vio interrumpida por el timbre, Blas había llegado y en breve los pensamientos de Esteban se esfumaron cuando una cabeza llena de rulos se posó de sorpresa sobre sus piernas.

-buenas-le dijo Blas mirandolo desde abajo, estirando su mano para revolverle el pelo

-hola, hola-respondió él acomodandoselo nuevamente

-bue que seco, ¿no me extrañabas?

Esteban apoyó su propia cabeza en una mano, sostenida por el apoyabrazos del sofá.

-¿yo a vos? el otro día me quedé esperandote para almorzar en la facultad y seguiste de largo

Blas, que miraba la televisión aún con la cabeza sobre las piernas de su amigo, giró a mirarlo levantando una ceja

-¿que es eso? ¿un reclamo?

-tal vez-le respondió él mirandolo sin inmutarse

-que celoso resultaste

-¿resulte? siempre lo fui, vos porque no me prestas atención

-¿te parece que no?

-y no

-si supieras...

-anda, la próxima avisame que preferís comer con otros-le dijo moviendo las piernas para mover asi su cabeza

-mm que curioso el profe, ¿tanta atención me vas a dar?

-si, un montón-ironizó. sentía que su pecho le quemaba un poco

Chiquito: 𝐛𝐥𝐚𝐬 𝐱 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐛𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora