Cita improvisada

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Desde aquélla noche Blas no podía pensar en otra cosa que no sea Esteban.
vivía pendiente del teléfono, mandandole mensajes y esperando sus respuestas, intentando encontrarselo en la universidad solo para verlo cortos segundos que le alcanzaban para tenerlo alucinando todo el día.

Fue el primero en dar el siguiente paso, tener una cita de verdad.
Aunque no era tal, lo cierto es que no tenía plata para invitarlo a un lugar elegante como a Esteban le gustaba, estaba ahorrando sus mesadas y lo que obtenía de algún que otro trabajo eventual para poder llevarlo a algo así, por lo que,por lo pronto y aprovechando que sus padres salieron, lo invitó a casa a ver peliculas.

Esteban había llegado directo de la universidad.
Había dejado el portafolios en el auto y ahora miraba con curiosidad esa habitación desordenada, repleta de ropa sucia,posters de bandas pegados en las paredes y ceniceros improvisados repletos de colillas.

-limpié lo que pude-dijo acomodando las almohadas contra la pared, sobre la cama

-y se nota mucho-ironizó el mayor que intentaba ver como iba a hacer para abrirse camino hasta la cama

Blas encendió la tele y le entregó el control, pensando que no le importaba en lo más mínimo lo que iban a ver, solo quería pasar tiempo a su lado.

●●●

Sin embargo, cerca de una hora después, se arrepintió de eso.

-me tendrías que haber dejado elegir a mí-se quejó, Esteban había elegido una muy aburrida pelicula sobre la segunda guerra mundial

-bueno, la próxima vemos dibujitos

-no miro dibujitos yo, soy interesante-dijo,Esteban acomodó sus piernas y lo miró.
Blas no estaba nervioso, las cosas con él fluian y eran simples-lo que pasa es que vos no me aprecias a mi, hasta me bañé y no me dijiste nada

Esteban sonrío y lo miró con detenimiento.

-salir a la lluvia no cuenta como baño

-¿como que no? mira como me dejó el pelo-dijo indignado frotándose los rulos

-tengo que tocar para ver

-¿no serás muy atrevido vos?-le dijo acercando su cabeza

el rubio apoyó sus manos en su pelo acariciandolo con lentitud

-parecen suave estos resortes

-¿si?-preguntó Blas mirandolo a los ojos.

el clima había cambiado, de pronto estaban más cerca que antes, estaban serios, mirándose como si lo hicieran por primera vez

-si...-respondió Esteban mirandole la boca

-¿ves? no te miento yo

-eso espero

Blas sonrío, le gustaba lo embobado que Esteban parecía al mirarlo.

Lo tomó del cuello con ambas manos atrayendolo hasta él y empezaron a besarse.

Nuevamente era como si aquél beso fuese esperado toda la vida, se besaban con ganas, deseandose, quedándose cortos, tanto que a los besos se le agregaron abrazos intensos y caricias suaves mientras sus lenguas se masajeaban entre sí.

-tenia muchas ganas de besarte de nuevo-le dijo Blas con los ojos cerrados

-me podes besar todo lo que quieras

-no puedo creer que esté pasando esto, es surrealista

-yo no puedo creer lo lindo que sos-le dijo Esteban que lo observaba algo atontado y arrepentido de haber esperado tanto por tener algo con él

Blas sonrío, besó sus labios y empezó a trazar un camino de besos que lentamente fueron bajando hasta su cuello, poniendo especial atención a esa zona.

el cuerpo del rubio se erizo y un gemido suave escapó de sus labios

-hay cosas q vos no sabes todavía y es que ese es un punto que no podes tocar porque me calienta fácil y no queremos eso-dijo Esteban apartandolo suave con las manos contra sus hombros

-¿quien dijo que no te quiero calentar?-preguntó Blas volviendo a inclinarse para besar con más vehemencia el cuello enrojecido

Esteban se lo permitió, le gustaban sus besos y la aparición de sus dientes cada tanto, pero volvió a detenerlo, su cuerpo estaba reaccionando y eso no podía pasar

-dale, para, van a venir tus viejos...

-¿y?

-me puedo llegar a morir de la vergüenza si se dan cuenta...

-no van a venir hasta tarde, relajate

Los besos continuaron y poco después, estaban acostados mientras los besos continuaban.

Esteban besaba su mandíbula mientras sus manos acariciaban con gentileza sus brazos.
Blas disfrutaba las caricias y los besos, estaba excitado y aquello no le avergonzaba, entendía que eran simplemente dos personas disfrutandose mutuamente.

La boca de Esteban empezó a trazar caminos húmedos desde su nuez hasta el centro de su pecho.
el menor abrió las piernas y dejó que él se acomode entre ellas, haciendo que la fricción por encima de la tela de la ropa interior los volviera locos a los dos.

Cuándo Esteban llegó hasta su abdomen, él lo empujó con suavidad, cambiando de posición.

Con Esteban debajo de su cuerpo empezó a hacer lo mismo que él, besar todo su cuerpo e ir bajando hasta toparse con el elástico de su boxer, que no dudo en quitar.

Cerró los ojos y empezó a pasar la lengua con tanta destreza que Esteban no pudo evitar gemir y aferrarse de las sábanas, Blas era bueno, chupaba y mordisqueaba en los puntos exactos que lo llevaban a la locura.

En poco tiempo, más confiado en si mismo, Blas metía todo en su boca, lo sacaba y volvía a repetir, alentado por los gemidos cada vez mas guturales de su hombre.

-chiquito...-susurró acariciandole la cabeza-veni

Blas obedeció no sin antes darle unas últimas lamidas intensas sobre la punta enrojecida.

Esteban lo tomó del rostro y lo volteó en la cama,bajandole la ropa interior para dejarlo como él.
sin dejar de besarlo empezó a masturbarlo mientras Blas tiraba de su pelo

-¿estás...seguro?

-lo estoy-dijo ansioso

-¿seguro?

el menor asintió y Esteban se inclinó sobre él para volver a besarlo.

Sus besos eran húmedos y apasionados.
Blas acariciaba su espalda mojada mientras él había vuelto a masturbarlo.
sin embargo su cuerpo se tenso al sentir sus dedos bajando hasta aquélla zona.

-estás muy asustado-le murmuró con ternura besando su mandíbula-te voy a cuidar mucho ¿confias en mi?

-mucho-respondió él acariciando su pelo

Esteban empezó a prepararlo con sumo cuidado,siempre atento a sus gestos y quejas.
para ayudarlo a relajarse empezó a besarle el cuello y acariciar su rostro con la mano libre mientras metía un dedo más.

Blas sentía tanto calor en todos lados que no lo soportaba, movió un poco su cadera haciendo que los dedos toquen algo alli adentro, algo que propagó una una electricidad intensa en su panza.

-hacelo-le pidió sintiendo como su erección aumentaba

-no, quiero que estes más preparado...

-no, Estebi, hacelo, te quiero adentro mio

Sin hacerlo esperar más, retiró sus dedos y se acomodó entre sus piernas.
con mucha suavidad empezó a entrar en él y se quedó quieto, esperando que Blas se adapte a aquéllo.

Lo observó. estaba muy mojado y rojo y asi y todo era el hombre más hermoso que había visto.
besó su frente y recorrió el largo de su nariz, empezando a moverse muy lentamente.

El fin de la tarde los recibió así, juntos, descubriendo y explorando algo que antes parecía imposible, parecía que nada ni nadie podría separarlos. Sin embargo, en pleno clima, un sonido los obligó a detenerse, los padres de Blas estaban en casa.

Chiquito: 𝐛𝐥𝐚𝐬 𝐱 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐛𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora