Buen chico

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Llegaron media hora más tarde justo cuándo una gran tormenta se desataba y subieron a su cuarto en silencio.
Blas encendió la luz y abrió camino pateando algunas cosas en el suelo.

-no esperaba a nadie, asi que los comentarios sobre el cenicero lleno y las medias sucias podes dejarlos para...

-¿están tus papás?

-no, están de vacaciones. pero no estoy solo, se queda mi abuela, mis viejos se piensan que tengo cinco años...

-te extraño mucho-confesó Esteban que ya no podía más, se sentía un adicto listo para volver a consumir-no sé que hacer para dejar de sentirme tan mal

-¿porque estás mal?

-por que estuve queriendo estar con vos mucho tiempo, y te perdí tan fácilmente

-yo estoy acá-le dijo mirandolo a los ojos

-si, pero la cagué

-y un poco si

-¿no puedo hacer nada para arreglarlo?

-¿vos me queres?

-yo te amo, pero...

Blas no esperó nada más, todo lo que necesitaba escuchar era eso, asi que lo tomó del cuello y empezaron a besarse, soltando las ganas que tenían de hacerlo.

Una cosa llevó a la otra; ninguno había planeado terminar la noche asi, pero los besos y el deseo subieron de tono con rapidez y fue Blas quién tomó las riendas.
Empujó a Esteban contra la pared y se puso de rodillas.

le bajó el cierre,tomando su pene para empezar a pasarle la lengua lento, y succionó con fuerza la punta mientras masajeaba el resto con la mano.

Cuándo Esteban estuvo lo suficientemente duro,Blas empezó a mover la cabeza sin meterlo todo,no hacía falta, solo tenía que moverse en los lugares correctos y lo tendría así, temblando y tapándose la boca para no gritar.

la saliva comenzó a gotear el frío suelo a medida que los suspiros ahogados de Esteban aumentaban, él le acariciaba el pelo y se mordia los labios desesperado.

-te amo-susurró el mayor, apoyándose exhausto contra la pared con los ojos cerrados luego de acabar

Blas se levantó limpiandose la boca irritada y sonrío

-¿a mi o a que te chupe la pija?

-o sea, quiero decir...

Blas se rió, y le abrazó la cintura besando sus labios

-estoy jugando...¿te gustó?

-mucho-respondió abrazandolo también. sentía su cuerpo desarticulado, como si estuviese flotando-me acordaba bastante de esto...

-¿me dedicabas pajas?

Los dedos de Blas jugueteaban con su cuello, sabía que debían detenerse porque de lo contrario volveria a pasar

-a vos no te voy a andar mintiendo

Eso provocó risas entre ambos, y luego volvieron a besarse.
Esteban no quería quedarse, pero era tarde y dormir abrazado a Blas le parecía el mejor plan de todos, asi que se quedó.

●●●

El olor a café impregnaba cada una de las habitaciones, incluyendo las del piso de arriba y en especial la de Blas, que dormia a pocos metros de la escalera.

Abrió los ojos solo para comprobar que ya era de día, que la lluvia se había detenido, el sol era fuerte, y que Blas se había ido.
Se levantó para evitar volver a dormirse y bajó las escaleras hasta la cocina.

Vio a una mujer de espaldas preparando el café, y a Blas sentado a la mesa de desayuno, llenando de mermelada una tostada grande y cuadrada.

se dio cuenta de que se sentía algo incómodo, tímido, se lamentó por un momento no haberse ido antes del amanecer

-buen día-murmuró al sentarse en una silla, al lado de Blas

-buen dia-le saludó la abuela, sentándose en la cabecera de la mesa-que tormenta ayer ¿a que hora llegaron?

-si, fuerte-dijo Esteban, tomando la taza sin pensar lo caliente que estaba,se quemó ligeramente los dedos, pero lo soportó-llegamos...¿a las tres?-le preguntó a Blas que parecía divertido con la situación

-como a las cuatro

La abuela los miró a uno y a otro, sonrió y se sirvió un vaso de naranja exprimido

-bueno, espero que no hayan pasado frío

-en realidad anoche hacía bastante calor ¿no?-preguntó Blas esta vez, mirando a Esteban que rápidamente entendió la ironía y el calor se transformó en color en sus mejillas

No respondió nada, pero se perdió en sus ojos nuevamente, le encantaban, podría estar horas mirandolo.

Cuándo la hora del desayuno terminó, la abuela comenzó con los quehaceres, llevaba una gran cesta de mimbre hacía el lavadero dónde estaría lavando ropa el resto del día.

-¿vos me queres volver loco?-preguntó Esteban en un tono bajo pero serio

-y si

-dale, adelante de tu abuela no

-bueno, no te enojes

-no me enojo, creo que hoy no me voy a enojar por nada

-¿no? ¿y porque?

-estoy de buen humor

-¿pasó algo especial?

Esteban sonrió, no podía creer como pudo estar un mes sin él.

-puede ser

-¿si?

-creo que si, no estoy seguro, debería probar de nuevo

-capaz te puedo ayudar-respondió el menor, acercándose para volver a besarlo

Volvieron a besarse como si fuera la primera vez que lo hacían, parecía que las ganas no se les iban nunca

-para, me vas a dejar la boca carcomida-se quejó el mayor pasándose los dedos por los labios hinchados, Blas acababa de morderlo un poco

-me gusta morderte-respondió sonriente

-me di cuenta, sos un perrito-dijo Esteban limpiandose la sangre

-sos muy lindo-murmuró Blas, encantado

-que trolo que sos

-bueno...-dijo molesto, echandose hacia atrás.
Esteban se rió y lo tomó de la cintura atrayendolo de nuevo hacía él

-estoy jugando, vos también sos muy lindo

Blas cerró los ojos al sentir las manos de su chico sosteníendole la espalda mientras le besaba el cuello.
sentia los besos cálidos sobre su piel y los dedos apretando delicadamente su espalda.
bajó su cara para encontrar la boca de Esteban y capturarla con la suya, las lenguas empezaron una batalla lenta y maravillosa

-ahora...¿qué vamos a hacer?-preguntó-¿somos novios?

Blas suspiró y acomodó su cabeza en el hombro ajeno, acariciando su abdomen y escuchando el sonido de su respiración

-¿asi? ¿sin una cita ni nada?

-nos podemos ver hoy-le dijo acariciando el pelo cercano a su oreja-cuándo vuelvo del trabajo podemos salir

Blas lo miró, tenía una mirada tan profunda y tierna que Esteban pensó que en realidad sería capaz de besarlo en cualquier lado, de hecho le encantaría hacerlo siempre, poder proclamar esa boca como suya y que nunca más nadie pueda verlo con deseo

-te voy a buscar

-buen chico

El lavarropas se activó desde la otra habitación, el ruido a motor viejo retumbaba las paredes.
Esteban terminó el café, tomó una tostada y se fue a trabajar intentando no pensar en nada, aunque sabía que sería imposible, hacia mucho que no se sentía asi de feliz.

Chiquito: 𝐛𝐥𝐚𝐬 𝐱 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐛𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora