Oh, no. La situación era mala, sabía que no debía aceptar.
A pesar de la insistencia de Doruk, tenía una idea de lo que podría pasar y estaba sucediendo.¿Qué esperaría de un "día relajante en la piscina"?
Para empezar la música era molesta, el sol y el calor eran fuertes, sin hablar de la cantidad de personas alrededor.... Era una mala idea, desde que decidió decir si para calmar a su amigo.
El exsoldado lo había abandonado apenas pasaron unos minutos de llegar, yendo con los demás a divertirse.
Él por su parte decidió quedarse en el rincón más aislado posible, ese era en una esquina donde estaba cubierto por unas hojas de palmera, de la decoración. Allí no lo molestaría nadie, tampoco incómoda a los demás.
Llevaba el atuendo adecuado para la ocasión, con una camisa blanca de lino y unos shorts de baño a juego. Lo único diferente eran sus rizos que por las altas temperaturas, decidió recogerlo tanto como pudo con unos pequeños broches.
Llevaba varios minutos tranquilo, bebiendo limonada, mientras leía en su laptop correos de casos que le pedían consejo.
-Creo que te equivocaste de lugar-
La voz le sorprendió, al estar demasiado sumergido en sus cosas, levantando la mirada desde un par de piernas trabajadas y largas. Subiendo por el perfecto abdomen y pectorales, que no le pertenecían a nadie más que Ferman.
-Doctor, no entiendo a que se refiere-
Desvió la mirada, un pequeño sonrojo se marcó en sus mejillas, quiso disimular que era el calor, agitando su mano como abanico.
-Ali, dime Ferman. No estamos en el hospital, pero ese es mi escondite- le corrigió.
-Lo siento doc- Ferman.... ¿Cómo puede ser su escondite si está es su casa? Debería estar en la reunión, es el anfitrión-
-Muévete a un lado, no es como si no entramos ambos- le regañó sin responder.
Empujándolo despacio se sentó a su lado, puesto que era un sofá, había lugar suficiente.
-Es una tradición, Beliz me obliga a hacerlo porque cree que soy demasiado duro con los nuevos, además hago trabajar a alguien- le explicó riendo un poco. -¿Quién falta aquí?-
Eso era cierto, no podían tener a todos libres, alguien debía cubrir los puestos del hospital. Mirando alrededor, notó quienes no estaban.
-Oh, si, el doctor Tanyu no está- concluyó sin mencionar a nadie más, ya que eran bastantes.
Devolvió su vista a su acompañante que estaba serio mirándole de regreso. Nuevamente no pudo evitar mirar un poco más abajo.
-¿Solo notaste su ausencia? ¿No hay nadie más que conozcas que no esté presente?- preguntó.
Pudo notar su tono molesto, si bien no entendía el porqué, no era su asunto. Su atención estaba en la imagen de su cabeza que repetía a un Ferman sin camisa, y el buen contraste que le daba el collar con su piel algo morena.
-Bueno, mi turno era con él, pero por insistencia de Doruk convenció al doctor de permitirme venir un rato y volver- suspiró al recordar que solo pasaron unos 15 minutos.
-¿Prefieres estar en el hospital? Digo no puede obligarte a volver, tienes tus días libres disponibles- sugirió secando su cabello con la toalla de mano que traía.
-Lo sé pero, el caso es interesante, de cualquier forma llegaré antes de la cirugía-
-¿Vas a abandonarme?-
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Tardes de verano
ספרות חובביםDónde el preciado residente de Tanyu asiste a una "fiesta de piscina", por insistencia de sus amigos. ¿Qué puede ir mal? Quizás el hecho de que no puede quitar los ojos de aquel cuerpo bronceado y bien formado, o el contraste con los bonitos ojos az...