Un comienzo complicado.
Era una joven de 17 años, era hija del jefe de un clan hechicero algo conocido, teníamos una técnica avanzada y realmente poderosa, es por eso que mi padre arregló un matrimonio con el joven del clan vecino, Gojo Satoru.
No me hacía mucha gracia, principalmente por el hecho de no conocer a ese hombre, pero supuestamente tenía mi misma edad, aún así hoy lo conocería.
Mi madre junto a unas sirvientas estaban arreglando mi peinado y kimono con el que conocería al joven.
--No entiendo porqué tengo que hacer esto, por qué no puede hacerlo mi hermana?--pregunté irritada.
--(N) eres la hija mayor, aparté tu hermana heredó mi técnica maldita, tú la de papá, y eso es lo que necesitamos.--habló mi madre un poco cansada de mi actitud.--Aparte escuche que es un joven muy apuesto y atractivo.--
--Eso a mi no me importa mamá, puede ser el hombre más guapo del mundo, pero la personalidad puede quitarle lo atractivo.--
--Calla y obedece, tampoco te estamos pidiendo mucho.--ajustó el corsé de mi cintura.--Y a ver si comemos un poco menos, parece que ganaste algo de peso.--
Mire a otro lado incómoda por el comentario de mi madre, odiaba cuando juzgaba mi cuerpo, me hacía sentir insegura.
Minutos después terminaron de arreglar mi kimono, salí de la habitación junto a mi madre para entrar en el coche que nos llevaría al dojo de la familia Gojo, en el coche nos esperaba mi hermana junto a mi padre.
Durante el trayecto no hubo más que un incómodo silencio, al menos por mi parte, imaginado la idea de escapar y ser completamente libre.
Llegamos al dojo y lo primero en lo que me fijé era aquel chico de pelo blanco con gafas pero aún así se veía el brillo de sus ojos azules, se le notaba su personalidad rebelde.
-Satoru comportate! Estas dando una mala primera impresión!-gritó una mujer de pelo castaño, a su lado un hombre de pelo blanco, pero sus ojos no brillaban, posiblemente no tenía la técnica maldita, había escuchado que después de 100 años, alguien había logrado tenerla, y parecía ser aquel joven.
-Y a mi que me importa.-se encogió de hombros dirigiendo su mirada hacia mi.
-Buenas señores Gojo, un gusto.-hicimos una reverencia para luego entrar, mientras los adultos discutían sobre el matrimonio a mi me tenían en una habitación junto al chico, para supuestamente "conocernos".
-Tú serás mi esposa?-preguntó viéndome detenidamente. Asentí en silencio.-Por lo menos no eres fea.-
-Oye!-reproche girandome para mirarlo en su dirección con el ceño fruncido.
Es encogió de hombros y apoyó el codo en la mesa, inclinando su cuerpo y apoyando su cabeza sobre su mano, comiendo los dulces de la mesa.
-Y como te llamas?-en serio, no había mejor pregunta? Ya me habían dicho su nombre.
-Ah? El increíble, apuesto y atractivo Gojo Satoru.-hizo una pose exagerada.
-Tu eres como rarito no?-pregunté alzando una ceja. El me miró frunciendo su ceño.
-Ya no te comparto mis dulces.-murmuró no muy segura sin fingiendo estar ofendido o no.
-Lo siento! Mm.. Yo quiero que nos llevemos bien.-me acerque a él gateando.-Eso no es algo que yo quiera y lo último que quiero es llevarme mal con mi futuro marido.-
Él me miró, pensando por un momento, pasó su mano por mi cintura y me atrajo a su cuerpo.
-Está bien, ten, te daré algo de mi dango.-tomó el dango cubierto de la salsa con la que lo hacían y lo acerco a mi boca.
-No voy a hacer eso.-lo miré completo desconcertada.
-Vamos, dijiste que querías llevarte bien.-
-Eso da vergüenza ajena.-él me miro soltando un bufido y comiendo el dango.
-Entonces como piensas hacer que nos llevemos bien?-pregunto terminando de tragar el dango.
-Hagamos cosas juntos, como hablar, jugar, pasear.-sonreí mirándolo. Se mantuvo callado para posteriormente asentir.-Bien, ahora tengamos una buena presentación.
Me aparté de él para sentarme junto frente a él sobre mis piernas.
-Me llamo (N) un placer.-sonreí amablemente.
-Soy Gojo Satoru, el placer es mío.-tomó mi mano y le beso ligeramente, dejándome sorprendida y ligeramente sonrojada.
Sonreí tras su acto, sintiendome ligeramente enternecida, tal vez este chico no era tan malo y rebelde como aparentaba.
-Entonces, demos un paseo.-me levanté y él imitó mi movimiento, saliendo de la habitación.
Caminamos juntos por el dojo, el sonido de la madera crujiendo por nuestros pasos era el único sonido que se escuchaba. Mire en dirección al jardín, el otoño era hermoso, con las hojas secas decorando el suelo.
-Te gusta el jardín?-preguntó sacándome de mis pensamientos.
-Si.. No es mi estación favorita, pero es agradable.-sonreí girando mi cuerpo para mirarlo.-A ti que te parece?-
-La verdad no me gusta, creo que prefiero el verano, puedo divertirme más con mi mejor amigo.-se encogió de hombros.
-Tú mejor amigo?-pregunté curiosa.
-Si, mi único y mejor amigo.-sonrió de oreja a oreja, sacando su teléfono y mostrándome unas fotos.
Eran de él junto a un chico de pelo azabache, realmente atractivo y con un aura de misterio, eran completamente opuestos.
-Y como se llama?-
-Su nombre es Suguru Geto.-
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Otra historia de Satoru por que él me encanta, vivo pensando en él y no me quedé conforme con la de Aquel día de invierno.
En esta si que no sé muy bien como la voy a estructurar pero su sé lo que quiero más o menos.
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Los nueve años en los que más te amé I Gojo Satoru y tú
Romance✮ ⋆ ˚。𖦹 ⋆。°✩ Encontrarás las noches de luna extrañamente vacías, porque cuando grites mi nombre a través de ellas no habrá respuesta. ✩♬ ₊˚.🎧⋆☾⋆⁺₊