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Alessandro:

*

La belleza es una herramienta peligrosa de una mujer,pero su inteligencia es su arma  mortal

El estruendo de la música llenaba el club, pero todo sonaba distante. Mis ojos estaban fijos en la chica que se movía en la pista, sus caderas girando con precisión, su cuerpo un espectáculo digno de admiración, pero mi mente no estaba allí. El vaso de licor frío en mi mano no hacía más que enfriar mis dedos, mientras un calor interno, provocado por la imagen de ella, seguía quemándome desde adentro.

Alessia Windsor.

Su nombre no dejaba de martillar mi cabeza. La hija del presidente. La maldita hija del hombre más poderoso de Valdivia, y yo, un extranjero jugando con fuego. Pero lo peor no era su identidad; lo peor era lo que ella despertaba en mí. Tomé otro trago, pero ni siquiera el licor lograba apagar el ardor que ella había dejado.

Podría estar disfrutando del espectáculo frente a mí. Pero no. Mi mente, como si estuviera condenada, volvía a esa noche, a ese beso. Un instante robado, uno que jamás debería haber ocurrido. Sin embargo, lo hizo. Y ahora no podía apartar su rostro de mis pensamientos. Su cuerpo presionado contra el mío, el sabor de sus labios, su mirada desafiando cada fibra de mi autocontrol.

La odiaba.

Maldita sea el momento en que decidí follarmela.

Maldita sea el momento en que decidí hacerla mía.

Los recuerdos me estaban torturando

Colocó su mano en mi pecho, empujándome suavemente hasta que caí a su lado. Se subio sobre mi.Sus pequeñas manos agarró mi miembro y lo colocó en su entrada, deslizandose.

—Demasiado estrecha —afirme mientras sujeta su pequeña cintura —. Perfecta

No pensaba en lo que decía

Movió sus caderas en un vaivén, agarré elevando las mías y penetrándola profundamente. Nuestro ritmo volvió a ser implacable y rápido. Su cabello rojo caía sobre su rostro y lo aparté

— Permíteme perderme en tus ojos verdes, Alessia— murmure

Y ella solo asintió,deslice mis manos desde sus caderas hasta agarrar su trasero apretándolos y guiando sus movimientos.

Ella era sin duda muy ingenua.

Recordé nuevamente como su cuerpo se estremecía ante mis toques,ante mis caricias.

Su estatura era menor a la mía,a comparación de las mujeres con quien había estado, por un momento tuve temor de lastimarla cuando entre en su interior,su vagina era demasiada pequeña, pero había aguantado el grosor y largo de mi pene, causandole un leve dolor,solo se mordía el labio aguantando mi rudeza y esa imagen me gustaba

Tuve la idea que se iba arrepentir, pero no, ella solo aguantó cada embestida, cada arremetida,cada penetrada que le daba.

Sin duda le gustaba el dolor.

La forma en como mis manos quedaban marcados en su piel, como cerraba los ojos ,me excitaba.

Sin duda su cuerpo eran perfecto,sus senos, tenían un tamaño perfecto, ni mis manos lograban cubrirlos, su trasero redondo y grande, sus labios rojos, la idea de saber lo que se sentiría estar en el interior de ellos, me atormentaba.

La estreches de su vagina, era sin duda algo que me había gustado, la forma en como se mojaba, sus gemidos y sobre todo la forma en como se sonrojo cuando alcanzó el orgasmo,era y será una imagen que quisiera volver a revivir

INSACIABLE  +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora