Un día después de "Claro como el día", tras una larga jornada de festejo, risas y compañerismo entre la Banda de Shane, puesto que además estaban contentos de que su líder se quedaba con ellos, se podía sentir un aura de profunda paz en el refugio. Eli bajó las escaleras por la mañana, y pudo notar a su única compañera en el sofá, jugando con su babosa tornado, al mismo tiempo que veía algo en la cámara. Trixie no lo escuchó. Y eso, lo aprovecharía muy bien.
—¡Trixie!— Eli dijo con una voz sorpresa. La chica se asustó y dejó caer la cámara. Para suerte de ella, rebotó solamente en el sofá. Pero su tornado se había dado directo contra el suelo.
—¡ELI!— Gritó Trixie con el susto. —Casi me matas del susto.—
—Jaja, está bien, fue sólo una broma.— El chico respondió con una burla.
—Sí, muy gracioso.— Respondió de forma indiferente.
—Ay, vamos, es sólo una broma. No seas así conmigo.—
Ella sólo achinaba los ojos. En verdad, no estaba molesta, simplemente tenía esa actitud para ver como reaccionaba su compañero.
—¿Me vas a responder bien?— Eli mantuvo su sonrisa, aunque un poco más firme.
—No.— Respondió molesta la chica.
—Ah, sería una lástima que ocurra...— Y el Shane comenzó a hacerle cosquillas en el cuello a su compañera.—...Esto.— La chica oponía resistencia a los suaves dedos del chico, se hacía la que no le daba gracia, pero no aguantó ni diez segundos hasta que estalló de la risa.
—Jajaja, bueno, bueno, ya— Ella respondió con demasiada risa en su respuesta. El chico fue todavía más profundo en ese asunto. La chica solo intentaba evitar que siga con las cosquillas, pero Eli era mucho más fuerte que ella.
—¿Me vas a responder bien?— Eli miró fijamente a los ojos de la chica. A él le encantaban esos ojitos verdes, podía ver brillo dentro de ellos.
—¡Sí, sí! Detente, por favor, jajaja—
—Ya, está bien— frenó con las cosquillas
—Jaja— Trixie continuó riendo un poco más pese a que ya no es atacada por su compañero.
—Trixie, yo te quería decir qué...—Eli iba a confesarle todo. La situación se le había presentado en ese momento tan amigable que tenían entre los dos. Eso y que estaban solos. Hasta que se hizo presente una voz demasiado irritable para los dos. Sí, era su amigo topoide.
—¡Oigan! ¿¡Qué es todo ese alboroto!? ¿Acaso ya no respetan el sueño de Pronto el Magnífico?—
Tanto Eli como Trixie rodaron los ojos.
—¿En serio? Tú no despiertas ni aunque estén atacando el refugio.— Eli respondió a su amigo topoide.
—Pues yo, mi querido joven Eli, tengo instintos para saber cuándo se puede dar una situación especialmente delicada.—
—¿Y sólo por eso despiertas? ¿Por el chisme?— Respondió Trixie
—Exactamente.—
—Agh... (Parece que va a ser imposible que yo le pueda decir algo a Trixie)—
—Eli, ¿Quieres venir a mi habitación?—
Eli estaba pegado en sus pensamientos, que en realidad, no la escuchó. Ella tomó la mano del chico, quien aún seguía parado, en frente de ella, y estaba con la mirada baja.
—Eli...— Trixie movió un poco las manos del chico con las suyas, lo que lo hizo reaccionar. A ella le dio mucha ternura lo concentrado que estaba consigo mismo.