Salvando a los Condenados || Drarry ||

Capitulo 14

La noche fue horrible. Todo mi cuerpo está rígido, con hormigueo y dolor durante horas. Mi mente consumida por los pensamientos más disimulados y perturbadores. Mi cuerpo se había calentado tanto que estaba sudando a mares. No recuerdo haber sufrido nunca tanta agonía a causa de esta droga, pero claro, en aquel entonces se usaba con un propósito, esta vez simplemente lo aproveché todo; todas las hormonas, las necesidades. Incluso ahora, mientras preparaba el desayuno, todavía podía sentir los efectos. Cada parte de mi cuerpo se sentía tan sensible, incluso mientras me movía con mi ropa, era muy incómodo, la tela me hacía cosquillas en la piel como si estuviera hecha de plumas.

"Buenos días", salté ante el sonido de la voz de Harry. Ni siquiera me di cuenta de que había entrado en la habitación. "Buenos días..." Lo miré, dándole una débil sonrisa. Su expresión cambió instantáneamente de feliz y emocionada a preocupada. "¿Está todo bien? Pareces un poco... fuera de lugar", no dudó en señalar mi extraño comportamiento.

"¿Yo? Sí... sólo un dolor de cabeza", hice lo mejor que pude para sonar lo más causal posible, incluso en mi condición. Por favor, no te preocupes. No quiero que te enojes o te disgustes conmigo. Sólo estoy tratando de protegerte de toda la mierda por la que pasé. Sólo conoces lo básico de lo que me pasó, no los detalles. No creo que pueda siquiera decirte esto. ¡Estoy tan avergonzado, avergonzado, disgustado de todas esas cosas, de mi pasado antes y después de la guerra, de todo!

"Toma un poco de paracetamol si te molesta tanto. Aliviará el dolor", se adentró más en la habitación, hacia las puertas traseras para recoger las cartas y el periódico que podrían haberse acumulado en la puerta trasera.

La brisa fría que soplaba a través de la habitación era tan refrescante, llevándose parte del calor de mi cuerpo, mientras el viento subía las escaleras para extenderse por el resto de la casa. "Tienes una carta", anunció, pero su voz tenía un tono tan extraño que no pude evitar mirar hacia atrás, mis ojos se abrieron casi instantáneamente mientras estaban encima de un sobre verde oscuro.

Mi cuerpo se movió solo, dejando la estufa y caminando hacia él, arrebatando la carta de sus manos solo para comenzar a romperla en pedazos tan pequeños como pude. ¡No no no! ¡¡NO!! No quería leerlo. ¡No quería volver a involucrarme con él! ¡¡NUNCA!!

-¿Draco? Pronunció mi nombre, pero de una manera tan gentil que sentí como si su voz acariciara mi oído de la manera más tranquilizadora imaginable. "Estoy bien, no te preocupes por eso", le lancé una sonrisa mientras tiraba los trozos de papel a la basura como si nada hubiera pasado, pero conocerlo… Esto es solo el comienzo.

"¿A que se debió todo eso?" Harry cuestionó mis acciones y no lo culpo. Ninguna persona normal haría algo así sin siquiera leer la carta. "No es nada, sólo malas noticias", traté de descartar cualquier tipo de preocupación que Harry pudiera tener sobre todo esto. No necesito que se involucre con este hombre.

"¿Qué quieres decir con 'malas noticias'? Draco, sabes que puedes hablar conmigo", por favor Harry, no hagas esto. Ni ahora ni nunca. "Digamos que no es nada importante, ¿vale? Sólo hay algunas cosas que me gustaría guardar para mí", hablé en un tono serio, lanzándole una sonrisa después.

Afortunadamente, el resto de la mañana pudo transcurrir como de costumbre. Ambos, sentados a la mesa del comedor, disfrutamos de un delicioso desayuno mientras hablamos sobre las cosas escritas en El Profeta.

"Reparo", con un rápido movimiento de varita, los pequeños trozos de papel se pegaron entre sí, como si nada hubiera pasado. Ni siquiera un segundo después tenía un sobre verde intacto en mis manos, con letras en tinta blanca de esta dirección y el nombre completo de Draco. Sé que lo que estoy haciendo está mal, pero esto es para mejor. No permitiré que ese imbécil salga más herido que él. Por el amor de Dios, parecía que estaba a punto de llorar mientras lo destrozaba. Lo que sea que haya aquí realmente debe molestarlo tanto que me levantó la voz. Abrí la carta y comencé a leer sin preocuparme.