El viajero y el visitante

105 4 4
                                    


"Logre resistir" fue lo primero en la mente de homura después de su intensa lucha contra Walpurgisnacht.

La chica, que se encontraba sentada, con la espalda apoyada en lo que alguna vez fue una pared después de que la bruja decidiera arrojarle un edificio entero, evaluaba la condición en la que se encontraba, sin embargo, dicha condición no era muy buena.

"Ambos brazos fracturados, al menos 7 costillas rotas, un pulmón colapsado, daño severo en la columna debido a que no puedo sentir las piernas a pesar de que ambas se encuentran rotas y con fracturas expuestas, estomago, riñón y hígado perforados por varillas de acero y un muy probable traumatismo cerebral debido a que no puedo recordar nada después del impacto" dijo la pelinegra mientras tosía sangre.

Si bien esta no era la primera vez que se encontraba herida de gravedad, hacía ya bastante tiempo, que no terminaba en un estado tan crítico, estaba segura de que lo único que la mantenía viva era la poca magia que aún le quedaba, sin embargo, no duraría mucho, podía sentir como dicha magia disminuía a cada segundo pronto se quedaría sin magia, sin ella, nada evitaría que sucumbiera ante sus heridas y la muerte la reclamaría.

Al menos el plan de mantener alejada a Walpurgisnacht de las zonas donde las personas se refugiaban del huracán, parecía a ver funcionado... sin embargo, no fue nada fácil, tuvo que usar todo el arsenal que había reunido específicamente para tal tarea y mantener a la bruja enfocada solamente en ella.

"me alegra que madoka no esté aquí para verme en condiciones tan deplorables" susurro la pelinegra mientras cerraba los ojos.

"Homura-chan!" con un suspiro, la chica gira con dificultad su cabeza hacia donde escucho esa voz que ella conocía demasiado bien "M-Madoka" dijo la pelinegra.

Lo primero que noto cuando la miro y que la hizo soltar un aliento que no sabía que estaba conteniendo, fue que la joven frente a ella llevaba el uniforme de su escuela y no el vestido rosa que sin duda revelaría que era una chica mágica... tampoco notaba algún anillo en su mano... bien, eso era algo bueno, pero, aun así, debía asegurarse que madoka no hiciera el contrato, incluso si no le gustaba lo que estaba a punto de hacer.

"M-Madoka puedo pedirte... una última... c-cosa" dijo la pelinegra con dificultad mientras su traje de chica mágica desaparecía dejándola en su uniforme de escuela también.

"no digas eso homura-chan!, s-solo deja de hablar conserva tus fuerzas, la ayuda está en camino" dijo la pelirosa con desesperación en su voz y lágrimas corriendo por su rostro.

Como odiaba verla llorar, pero en esta situación era algo inevitable, técnicamente era la última amiga que le quedaba y por lo sucia que estaba su ropa, debió haberla buscado por un tiempo, solo para que su búsqueda terminara con ella en un estado tan grotesco como podría ser la imagen de alguien desangrándose tras a ver sido empalado por varias varillas de acero, junto con las piernas y brazos completamente destrozados.

Aun así, homura no quería nada más que abrazarla, decirle que no se preocupara que dejara de llorar y que todo iba a estar bien; si tan solo pudiera moverse, ciertamente las cosas nunca salen como ella quiere, sin embargo, si quería trasmitir sus últimas palabras debía ser rápida, el tiempo se le estaba agotando.

"M-Madoka, quiero que me prometas... que no harás el contrato y que tendrás una vida plena por ambas" dijo la pelinegra con cansancio en su voz.

Se sintió mal al decir esas palabras, porque se sentía como si se estuviera aprovechando de la situación, pero quien podía culparla, era la única forma en que podría estar segura de que madoka no rompería su promesa.

Aferrada A La Esperanza De Un Futuro MejorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora