Capitulo 1: Inicio del viaje

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El majestuoso Imperio de Capadocia, el más extenso de toda la tierra que se extiende por el medio mundo conocido, está bajo el gobierno del emperador Octavio II "el viejo", hijo de Constantino "El Justo". El actual emperador, junto a su mano derecha, su hermano menor, el respetado General Dominic, lideran sabiamente un imperio que experimenta una era de prosperidad no vista desde el siglo de oro.

Adriano, hijo de 14 años del respetado Dominic, tiene la piel blanca como los capitalinos, estatura promedio,ojos negros y el cabello marrón oscuro. Aunque agraciado, no alcanza el buen porte de los demás miembros de la familia imperial, al no poseer el característico pelo rubio y ojos azules de estos, compensando esto con un extraordinario talento para el dibujo. A pesar de las negativas de su padre, decide enlistarse en el ejército imperial.

Mientras Dominic le advierte:
-"Muchacho, el ejército no es para artistas, es para hombres".

A pesar de esto, motivado por su tío, el emperador Octavio, quien de cierta manera llena el espacio paterno debido al desprecio de Dominic, Adriano nunca comprendió la razón. Con lágrimas en los ojos, Isabella, madre de Adriano, le diría:
-"Hijo mío, algún día te lo explicaré, no culpes a tu padre".

Antes de dirigirse al campamento, el joven soldado decide crear un mural enalteciendo a su respetado tío como un regalo en caso de no regresar vivo de las calurosas fronteras del sur. Al partir, recibe atención de su padre como nunca antes, preocupado y pidiéndole que regrese, ya que lo necesita para algo importante. Entusiasmado, decide volver con vida.

-"Quisiera que muera, pero, ojalá sobreviva y sirva para pagar la deuda con Alexander", serían los pensamientos del príncipe Dominic.

Por su parte Octavio observaba cómo su joven sobrino se dirigía al campo de batalla, tomaría una decisión:
-"Adriano, irás a Ozur, estarás a las órdenes de mi primogénito Carelio", siendo esta decisión para evitar su muerte lo máximo posible.

Al dirigirse, es resguardado hacia el campamento militar cercano a la ciudad de Ozur, debido a su estatus de sobrino del emperador, un último regalo de su tío, ya que todos los reclutas comienzan con el mismo estatus, aunque esto, claro, cambia con los ascensos.

Al llegar al campamento militar, Adriano encuentra un buen compañero en poco tiempo: Claudius, el hijo del jefe de la guarnición. Al verlo, Adriano pensaría:
-"Es un vivo retrato del General Alexander, salvo por ese cabello pelirrojo".

Juntos comparten sus expectativas personales:
-"Mi príncipe, busco la atención del panteón sagrado, gloria y múltiples esposas como la mayoría de nobles", serían las palabras de Claudius.

-"Llámame por mi nombre, acá somos iguales", Adriano le pediría al joven pelirrojo.

-"Está bien, Adriano, si no es molestia, ¿cuáles son tus metas?", respondería el muchacho de la casa Carmin.

-"Claro, no es problema. Busco ganarme el afecto de mi padre Dominic, el respeto de mi tío, casarme y tener hijos con una sola esposa a la que ame toda la vida, como en los tiempos de antaño", dejando sorprendido a Claudius por lo último.

-"Pensé que mi hermana era la única loca" fue lo único que pudo pensar.

La conversación es abruptamente interrumpida por su primo y superior, el general supremo Carelio, quien comienza a contar un relato a sus soldados.

"Cuentan nuestros registros que hace 100 años llegó desde tierras desconocidas una creencia muy extraña: la adoración hacia un Dios invisible,sin rostro, sin nombre y a su hijo muerto. Estos recién convertidos eran letales y feroces, buscando tomar el control del imperio y convirtiendo a miembros de la misma dinastía imperial. Este peligro fue erradicado hace 29 años en el día conocido como 'Las Lágrimas del Falso Dios'".

Al terminar el relato, Carelio se acerca a Adriano explicando:
-"Joven primo, estate atento a la futura guerra".
-"¿La guerra con los reinos del sur?" Preguntaría Adriano.

Sombras Del Imperio CapadocioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora