Habían llegado los refuerzos, el ejército de salvación para rescatar a los pocos supervivientes del asedio de Jain.
-"¡Debemos actuar rápido! ¡Por la Casa Ziali! ¡Por el honor de Dalen! ¡Por Capadocia!" gritaría Raimont a todos los presentes. Los 5200 soldados, divididos en caballería ligera y pesada, lanceros, arqueros, jabalineros ,espadachines, y algunos honderos, se disponían a dirigirse hacia la batalla. A pesar de enconrrarse cansados por la marcha forzada, estaban motivados.
Mientras la gente de Sigismunt buscaba rescatar la vida del honorable capitán Taruq Ziali, leyenda en sus tierras, los Daleños ansiaban terminar con el impuesto que los oprimía y recuperar sus lagos ancestrales, la única fuente de agua en todo Dalen después de los ríos en las provincias de Raqusa y Káling.
-"¡Mis valientes! ¡Reagrupense! ¡Todos a sus posiciones¡" ordenaria Germánico.
"¿Acaso Hasgarot se ha puesto del lado de los Capadocios?" serían los temores de muchos Tamirenses, quienes soportaban sus miedos con la confianza y admiración por su general. Acabando con la vida de la mitad de los asediados antes de agruparse, Germánico y sus hombres dejaron tranquilos a los restantes supervivientes, por el respeto hacia ellos y sabiendo que, al ser tan pocos, no representaban una amenaza, sorprendiendo a los pocos aún con vida, tendrian un solo pensamiento:
"Se supone que jamás dejan personas vivas" con una mezcla de alegria y extrañeza.Los 25 sobrevivientes comenzarían a reagruparse, incluido el joven príncipe. Al estar todos en un solo lugar, Adriano empezaría a notar que la mayoría de los hombres que lo protegieron se encontraban sin vida. Su preocupación aumentaría al no encontrar rastros de su amigo Claudius.
-"Príncipe, hemos encontrado a su amigo" hablaría uno de los sureños
-"Llevame con el"
-"Mi príncipe, no creo que quiera verlo en ese estado"
-"¿Qué quieres decir con eso?
-"El joven Carmin no a logrado sobrevivir"Tras estas palabras, Adriano saldría rápidamente a encontrarse con el cuerpo de Claudius, descubriendo una escena desgarradora. El joven pelirrojo yacía en las arenas del desierto con una jabalina atravesando su torso, lleno de sangre. Adriano abrazaría su cuerpo, dándose cuenta de que el calor que solía emanar de un ser vivo se había ido.
-"Claudius, Claudius, respóndeme, amigo." Con lágrimas en los ojos, Adriano rogaría una respuesta al cuerpo inerte del joven Carmin.
-"Mi príncipe, se ha ido, ha caído como un guerrero. Ahora descansa con Hasgarot."
-"¡Él no está muerto! ¡Prometimos morir juntos o vivir y contarle a nuestros hijos este día! Íbamos a ser familia."
-"Así es la guerra, joven príncipe. Pierdes compañeros y amigos de mil batallas."
-"No es justo, no solo Claudius se ha ido, vi a Qaler morir ante mis ojos y no sabemos nada de nuestro capitán", diría un joven Adriano, el cual sería consolado por los Sureños y plebeyos que aún se encontraban con vida, incapaces de darle la noticia de la muerte de Taruq a manos de Nazir. Mientras los pocos nobles aún vivos rezaban por salir de allí con vidaContinuaría la búsqueda de los supervivientes para encontrar heridos. Alfonso, el cual habia fingido haber estado inconciente hasta no mucho para proteger su vergüenza, llamaría con desesperación a sus compañeros de armas.
-"¡Vengan todos, es urgente!"
-"¿Qué es lo que sucede?" respondería uno de los sureños.
-"Amir, sigue con vida"
Llegando luego de estas palabras todos al encuentro de la mano derecha de Taruq, donde encontrarían al veterano hombre con una parte del yelmo que había penetrado uno de sus ojos, así como una pierna fracturada, inconciente, pero aun con vida. Solo quedaba intentar detener el sangrado y rezar para que Hasgarot esté del lado del ejército que vino a rescatarlos.Mientras ellos estaban ya ajenos a la batalla, el ejército liderado por Raimont combatía contra las tropas de Germánico. En cuanto Adriano volvía a escuchar aquella voz de sus sueños, sin conocer su origen.
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Sombras Del Imperio Capadocio
General FictionHace una generación, el imperio vivió una purga contra los adoradores del Dios sin rostro, liderada por el abuelo de Adriano. Este chico, siempre marginado por ser producto de un gran secreto, se ve destinado a casarse con la hija del Comandante Al...