capítulo 05: proteger

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Un mes después de aquella cita, y George se sentía en las nubes. Había tenido unas cuantas citas más con el alfa, a veces se llegaba a quedar en su casa, incluso dormía en la misma cama que él y se despertaba a su lado.

Si pudiera flotar de la felicidad ya estaría en la luna. Todos en la guardería sabían que él estaba saliendo con el papá de Olivia y se alegraban por él y por la pequeña.

Más bien, estaban orgullosos de él, pues se había encariñado mucho con la pequeña y la amaba como propia. No muchos omegas podían hacer eso, la mayoría querían pequeños propios, no de otro omega.

Pero quizás se debió a que Liv no tenia ningún aroma de omega y estaba necesitada. Él también lo estaba, lo que más quería era tener cachorros y un alfa. Ser amado y amar.

No sabe si fue un ángel quien escucho su deseo y envió a dos personas para que fuese cumplido. Un alfa necesitando ayuda y amor, y una pequeña necesitando atención y cuidados.

George estaba más que dispuesto a dárselos, tenia mucho amor para los dos. Su Clay era un alfa atento, quizás aprendió eso por tener que hacerse cargo de una pequeña él solo, pues los cachorros necesitaban de mucha atención.

Le gustaba mucho eso. Le encantaba ver su celular y encontrar pequeños mensajes de Dream, le respondía cuando podía, pues tampoco descuidaba a los cachorros, antes muerto que eso.

El pelinegro quería dar otro paso, mudarse con el rubio, así podría estar a tiempo completo con la pequeña Liv, pero no sabia si era muy pronto para hacer algo como eso. Podría ser un intruso en el territorio del rubio, sin embargo, ya había estado varias veces en la casa del alfa, y en su cama, y este no mostro ningún signo de molestia.

Ansioso, nervioso e inseguro, esos eran sus defectos, tenia que lidiar constantemente con ellos, pero hacia lo mejor que podía para enfrentarlos, aún cuando las cosas parecían en su contra.

Siempre estaba allí con una sonrisa tratando de ver el lado positivo de las cosas. Nunca se arrepentiría de trabajar en esa guardería y estar a cargo de la cachorra, menos de querer ser su madre.

Un día en particular, estaba en su trabajo en la guardería, Liv jugaba en el suelo con algunos peluches.

Eran las cuatro y media, los padres iban llegando poco a poco por los pequeños. Todo iba bien, hasta que vio llegar a un señor mayor, su cabello blanco y rizado, tenía los ojos grises. No le dio buena espina.

— Buenas tardes señor, ¿puedo ayudarle en algo? — pregunto cortésmente, tratando de impedir que entrara en el salón a su cuidado. No sabia quien era, no podía dejarlo entrar con los cachorros.

— Vengo por mi nieta — dijo con simpleza y trato de entrar al salón, pero George se atravesó.

— ¿Su nieta? Disculpe señor, pero nadie dijo que vendría, ni siquiera sé quien es usted. No puede entrar, si me da más detalles puedo ayudarle — lo único que quería era que se fuera, podía sentir la tensión en el aire, incluso algunos de los otros padres le miraban curiosos por la situación.

— Olivia, ese es el nombre de mi nieta, vengo por ella — el corazón de George dio un vuelco, y sus nervios se encendieron como pólvora.

— No puede llevársela señor. Clay no me dijo que usted vendría, él es su padre y no puedo dejarla salir sin su autorización — George solo quería que él se fuera. Clay le había mencionado que no se llevaba bien con la familia de la madre de Liv. Nunca lo hizo y eso que solo los había visto un par de veces.

El alfa pareció enojarse, su aroma a café se intensifico haciéndole saber que no se iba a rendir tan fácilmente, aún así, se mantuvo en la puerta. No lo dejaría pasar.

¿mamá? [dnf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora