magamartii espero te guste neniss🎀Asado al carbón
Buenos Aires, Argentina, 2007El infante caminaba por la acera, sus mejillas enrojecidas y el suéter de una talla más grande que la suya anunciaba que ya el otoño partiría, pronto llegaría el invierno. Se detuvo en una casa color crema con grama a sus alrededores, llegó hasta la puerta y tocó el timbre, espero unos segundos hasta que una mujer abrió.
—¡Pipe! ¡Querido, ¿Cómo estás?! —dijo ella sonriendo invitando a pasar al niño, él lo hizo y empezó a mirar dentro, buscando algo; o a alguien.
—¡Bien, señora mamá de T/N! —la miró estrujando las mangas de su cardigan, se movía inquieto en su lugar-¿Dónde está T/N? -preguntó ansioso.
—Esta en su cuarto, podés subir —dijo riendo suavemente ante la impaciencia del menor. Este subió rápido, casi corriendo, por las escaleras, caminó el pasillo y tocó la puerta; está tenía varios colores, calcomanías y dibujos, hechos por ambos.
Felipe había estado fuera unas semanas de Buenos Aires, por lo que no tuvo la posibilidad de ver a su amiga en un largo tiempo. Siempre en las tardes se reunían, jugar a las traes, con la pelota de fútbol de Felipe o con su consola, o simplemente hablaban de sus cosas favoritas.
Un jadeo se escuchó adentro, seguido de eso la puerta se abrió, la niña sonreía de oreja a oreja, sus ojos brillaban, el menor reaccionó de la misma manera que ella.
—¡Pipe! —ella dijo en voz alta entusiasmada, se acercó y envolvió sus brazos cortos alrededor del cuello de Felipe con fuerza, él se aferró a la espalda de la niña intentado respirar.
—¡T/N, me estás asfixiando! —dijo con el ceño fruncido tratando de apartarla, la niña se desenredó riendo.
—Perdón, ¡Vení, que te voy a mostrar algo! —tomó su mano y lo arrastró dentro de la habitación, lo dejo enfrente del pequeño escritorio; habían colores, crayones, marcadores esparcidos por la superficie y en el centro una hoja.
Era un garabato de él y ella, detrás de un arcoiris con muchas flores alrededor.
—¡Mi papá me compro colores nuevos, entonces me dieron ganas de dibujar! ¡Mirá, dibuje un arcoiris acá! —le señaló de manera efusiva el arcoiris que había coloreado.
—¡A mí también me compraron muchas cosas, mirá! —le respondió, rebuscó en su bolsillo sacando un pequeño automóvil de colores eléctricos.
—¡Qué lindo! —exclamó sonriendo.
Hubo un silencio, la niña lo miró un poco seria, se sentó en la cama y se tiró hacia atrás, suspiró.
—te extrañe mucho, Pipe, estaba súper aburridisisisisima sin vos —dijo mirando al techo cruzando sus brazos.