Solo Una Chica - Lottie Matthews Oc Fem

Capitulo 1

1960

Era el último partido que tendríamos antes de saber si iríamos a las nacionales, el marcador estaba 3-3 y no contábamos con mucho tiempo extra, Allie tenía la pelota, pero su carencia de control con el balón impidió mantener una ventaja sobre el equipo contrario, pronto el otro equipo le había robado la pelota así que me dispuse a intentar todo lo posible para recuperarla, cuando logré tomar el control sobre el juego otra vez le pasé rápidamente el balón a Shauna que se encontraba libre, ella continúo corriendo y volvió a soltar el balón en dirección a Taissa para que está última mandará el balón hacia Jackie que se encontraba frente a la portería, la pelota tocó su frente y sin dejar reaccionar a la portera del equipo contrario tocó la red.

El equipo se sorprendió por unos pequeños instantes y antes de siquiera darme tiempo de reaccionar Van me agarró de los hombros y me llevó con el equipo que ya se encontraba celebrando.

—¿Que esperas Gómez?,  ¡Vamos las nacionales!

—¡BUZZ, BUZZ, BUZZ!— gritamos todas mientras saltábamos, iríamos a las nacionales y no podíamos estar más contentas.

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Movía mi cuerpo al ritmo de la música mientras hacía una torpe interpretación de Genne Kelly en "sign in the rain" para mí testarudo vecino (y mi único amigo) de 70 años que no paraba de negar con la cabeza ante mis tontas ideas de alegrar su día.

—Vamos Mat, no puedo ser la única que cante, ¿Acaso no es un hermoso día?

—Dices eso todos los días Michelle

—Y ninguna vez a sido mentira mi estimado, pero te aseguro que hoy es mejor que los anteriores, tu tienes una cita con la encantadora Susan y yo he ganado mi pase a las nacionales, ¿Por qué no disfrutas un poco más de lo que la vida te ofrece?— coloqué los huevos estrellados que había hecho frente a el y después coloqué otro plato a frente a la silla que se encontraba diagonal a él.

—Es una alegría saber que tendré unos días de descanso de ti— dijo de forma cizañosa, a lo que yo coloqué una mano ofendida en mi pecho

—Yo se que tú oscuro corazón me ama

—Si, lo sé— una sonrisa creció en mi rostro, este viejo (aunque muy testarudo) era una buena persona y un mejor amigo— deberías despedirte de tu padre antes de ir a las nacionales— y con eso mi sonrisa se esfumó.

—El sabe cuándo me voy y es todo lo que necesita saber de mi, ahora sí me disculpas mi buen amigo me tengo que ir, me queda poco tiempo y no quiero que mi cara parezca un tomate frente a todos— le di un beso en la mejilla y me fui a la escuela en mi inseparable bicicleta.

Vivía con mi padre a las afueras del pueblo así que no teníamos muchos vecinos y la escuela me quedaba a unos 20 minutos en bicicleta por lo que siempre prefería llevar tiempo de sobra ya que bueno, mi cara se volvía roja después de recorrer los kilómetros hacia la escuela, y aunque no me importaba lo que pensaran las personas de mi quería verme presentable para la persona que me gustaba (aún sabiendo que tenía cero oportunidades).

Mi padre y yo emigramos de México a Estados Unidos junto con mi madre cuando yo tenía 10 años fuimos felices por un tiempo hasta que mi madre murió de cáncer dos años después, este nunca pudo superar haber perdido al amor de su vida así que poco a poco comenzó a cambiar y paso de ser el hombre más amoroso a convertirse en un completo desconocido, ahora solo quedaban cenizas de aquella persona que prometió que siempre me protegería. Mi padre, Juan Gómez ahora no es más que un borracho, agresivo, misógino y drogadicto hombre que trabaja por una miseria y se desquita sus frustraciones en mi, es por eso que ya no paso mucho tiempo en casa y por lo que trabajo como mula para ahorrar un poco y poder comer (puesto que mi padre se gasta la mayoría de su dinero en poco más que alcohol).