Decreto del destino

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El tiempo siempre avanza a un ritmo acelerado sin detenerse a esperar a nadie, por esto es natural que las cosas cambien y nunca se mantengan igual, pero USA no puede aceptarlo; para él era imposible tener siquiera una idea fugaz sobre el fin de su reinado como la mayor potencia que mueve al mundo. Sin embargo, la realidad eclipsó sus ojos antes de que pudiera darse cuenta.

Los BRICS, liderados por su enemigo número uno empezaron a dominar la economía alzando la nueva moneda que destituye al dólar de su trono. En consecuencia, se llevaron a cabo una serie de reuniones secretas de emergencia dirigidas por TLCAN, donde los tres países norteamericanos discutieron junto a sus políticos la grave situación que se enfrentaban.

Durante algunos días se analizaron diversas propuestas para resolver el problema; por ejemplo, seguir el mismo plan de los BRICS para reforzar el peso dólar. No obstante, sus gobiernos llegaron a una única conclusión tras analizar cuidadosamente sus opciones: tenían que unificar sus naciones.

Cegado por la ambición de ser siempre el mejor, USA aceptó sin pensar aquella propuesta tan descabellada, convenciendo a sus vecinos de firmar también el acuerdo. Sin embargo, cuando recuperó el uso de la razón fue demasiado tarde para retractarse, ¿Morirán cuando sus tierras se fusionen en una sola? Es lo más probable, ya que en sus cuerpos se hacían evidentes los signos de su final, grietas profundamente dolorosas que se extendían más conforme llegaba el día de la unificación, señales que amenazaban con despedazárlos en pequeños trozos de lo que alguna vez fueron.

El día del anuncio mundial llegó, la hora se acercaba a cada segundo y ellos sabían que su aliento final también. Era obvio que en sus condiciones no estarían presentes en la ceremonia, pero eso no impedía que otras personas los acompañaran en esos últimos instantes. FBI consolaba a USA, México retenía sus lágrimas mientras acariciaba a su perro y Canadá se mantuvo al margen sin ninguna expresión aparente. TLCAN también estuvo ahí, pero un poco alejado sin saber que decir en esos momentos.

24 de Enero de 20XX, 2:00 pm
Norteamérica se unifica en USNA.

 

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Dicen que el conocimiento es poder, pero USNA no sintió el más mínimo cambio después de haber estudiado. Aún cuando se preparó como un adolescente a un examen difícil, sus miedos e inseguridades aumentaban conforme leía.

Ya habían pasado un par de meses desde su nacimiento y, durante sus extensivas búsquedas de respuestas, logró encontrar a alguien que admiró en el instante que conoció: Simón Bolivar, un hombre con el sueño de unificar las antiguas colonias españolas y crear una nación independiente. Aunque para la desilusión de USNA, ese sueño no fue nada más que eso, porque toda esperanza se desmoronó con su muerte y la caída de Gran Colombia.

USNA deseó tener una máquina del tiempo para traer a ese hombre al presente, Simón sería su apoyo y él mismo sería la clave para cumplir su sueño (sí es que era válido unir el norte en vez del sur). De esa forma, USNA siguió atrapado en sus fantasías hasta que leyó una frase célebre:

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