¿Cita?

72 11 19
                                    

USNA despertó en una habitación desconocida con una sensación que recuerda muy bien. Los muebles a su alrededor eran más recientes que la última vez que estuvo dentro de un sueño, pero seguían teniendo un estilo viejo y sofisticado de madera en color negro tallada con hermosos patrones vintage. Una sala de estar aparentemente acogedora, pero con un ambiente sombrío y apagado que parecía indicar todo lo contrario.

Otra vez no era más que un simple espectador en primera persona, pero tampoco es como si él quisiera manipular los recuerdos con sus acciones. Sea de quién sean estas memorias, ahora sí fue capaz de apreciar con claridad al hombre sentado frente suyo. Ahí estaba UK con sus piernas cruzadas manteniendo esa elegante apariencia al beber su té negro antes de que lo mire con la misma expresión fría y distante.

¿Por qué me has llamado, padre?

Después de un momento de silencio, UK respondió.— Escuché que estabas saliendo con alguien.

Así es.

¿Podrías decirme por qué es con un soviético?

Porque me gusta.

Sabes que no me refiero a un simple "me gusta" —Gruñó UK frunciendo el ceño con notable molestia—. No deberías juntarte con el enemigo.

A diferencia del sueño anterior, donde USNA sentía cada uno de los sentimientos tan pesados y agobiantes de aquel que lloraba por el perdón y reconocimiento de su padre, esta vez notó una inquietante tranquilidad mezclada con un extraño deleite, algo por lo que, de haber estado en su verdadero cuerpo, sentiría su piel erizarse en cada vello. Para su sorpresa, se dio cuenta de que no era nadie más que Canadá disfrutando de las expresiones que hacía su padre. Por suerte, antes de que este último pudiese alzar la voz, por fin respondió.

URSS es el enemigo, no Ucrania.

Pero Ucrania es su hijo —Refutó UK—. Puede que sea su plan para acercarse a nosotros y robar información.

Él nunca-

¿¡Cómo puedes estar tan seguro de que él no lo haría!?

¡Porque yo sé que él me ama!

¡No digas tonterías!

Inmediatamente una taza de té fue lanzada contra la pared rompiéndose en pedazos. USNA supo que un fragmento de vidrio logró rozar su mejilla porque casi al instante una gota comenzó a descender dejando un rastro cálido al deslizarse. A pesar de esto, Canadá se mantuvo firme en su lugar sin inmutarse por el comportamiento desastroso de su padre.

Lárgate, no quiero discutir más contigo.

Con su permiso.

Dicho eso, su cuerpo se levantó para ir a la puerta y salir, pero el intento fue detenido por las palabras insensibles de su padre.

Tienes esta semana para terminar toda relación con ese soviético.

Sin responder a lo dicho, Canadá se retiró por fin de la habitación cerrando con cuidado la puerta detrás de él. Por otra parte, USNA no tuvo suficiente tiempo para analizar la escena antes de aparecer dentro una lujosa habitación de algún hotel. Frente suyo estaba alguien que no reconocía, aunque sus rasgos le eran bastante familiares.

[...] tu padre quiere que termines conmigo.

Así es.

Aunque la conversación parecía haber empezado hace mucho, USNA pudo deducir que en el sueño aún se trataba de Canadá, pero esta vez hablando con Ucrania cuando era más joven y, si no recuerda mal, seguía perteneciendo a la Unión Soviética.

IdentidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora