El roble viejo

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ADVERTENCIA

Este capítulo contiene escenas que pueden herir la sensibilidad del lector. Recuerda, es solo ficción y no se fomenta nada de lo que se mostrará aquí.

      

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Tal como se había planeado, USNA se dirigía a la casa de UK para tener lo que seguramente sería la plática más estresante de toda su vida. Aún no llegaban a su destino y sus otras personalidades no dejaban de reclamar su decisión, afirmando cuan mala idea fue aceptar la invitación a la boca del diablo.

Tan opresivo y tedioso fue el viaje que, para cuando se dio cuenta, ya se encontraba frente a la enorme mansión. USNA verificó varias veces la dirección temiendo que fuera incorrecta, pero justo esa era la que estaba escrita en el correo que le enviaron. Alzando la vista admiró lo bella que se veía la estructura, apreciando cada detalle de la misma. No entendía cómo, pero una sensación de nostalgia invadió su corazón.

"¿Vas a entrar o no?"

Una voz amargada lo sacó de su trance, sin darse cuenta se había quedado parado como un tonto por casi cinco minutos. Con mucha vergüenza, USNA se acercó a la puerta para tocar el timbre y, para su sorpresa, un sirviente le abrió al instante invitándole a pasar.

Con incomodidad entregó su chamarra para que la colgaran en el perchero y siguió la indicación de esperar en la sala principal. USNA se movió por los amplios pasillos según era guiado, pero todo era tan familiar que estaba seguro de que podía llegar por su cuenta sin ninguna ayuda. Apenas entrar en la habitación sintió una presión en el corazón, pero sabía que era alguien más el responsable de esos sentimientos. En un intento por ignorarlo, se dedicó a apreciar el estilo moderno de todas las decoraciones. Justo cuando sentía que iba a tener un déjà vu, el sonido de unos pasos llamó su atención.

Bienvenido, USNA —Saludó UK—. Siéntete como en casa.

Buenas tardes.

¿Quieres un té y galletas? ¿O prefieres un whisky?

"Jódelo con un café."

Té, por favor.

Con un gesto de su mano, UK ordenó a sus sirvientes servir el té que fue preparado con antelación. Cuando terminaron, el británico volvió a hacer un gesto para que fueran dejados completamente solos. USNA se sintió un poco incómodo por esto.

Primero que nada, quisiera disculparme contigo otra vez. No fue apropiado de mi parte actuar así ese día.

"Él no lamenta ni una mier-"

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