Habían pasado algunos minutos después de haber leído aquel libro.— ¿Vamos a afuera Fujin?
Fujin: ...¿Te sientes bien?
— Lo estoy, contigo.
Fujin: Debes esperar, ayer no parecías estar bien.
No respondiste nada ante esto, te pusiste seria y solo miraste la ventana.
Necesito salir de aquí y robarme a
Fujin de una vez.—pensasteFujin: Pronto te recuperarás...y ahora
si saldremos. —sonrió levemente— Estoy bien, ya puedo leer... esas son señales de recuperación.
Lo único que pudiste oír fue una risa de parte de él.
Te paraste y fuiste directo hacia la ventana para poder notar que la lluvia disminuía cada momento.— Entonces si tanto insistes en que no, ¿me ayudarás a no aburrirme?
Fujin: Lo haré.
— Bien, solo cierra los ojos.
Tal vez amarrarle con un lazo sería lindo, además nunca se sabe cómo podría reaccionar.
— Dame tus manos y no abras los ojos.—él te las dió y empezaste a amarrar sus manos con un pequeño lazo rojo.
Fujin: ¿Qué haces?
— No estoy segura, solo se me ocurrió.—reíste
Fujin: ¿Este material es fuert-?—no terminó de hablar puesto que ya lo había roto con su fuerza.
— ¿Es aburrido ser fuerte? No puedes ni mantener un lazo hecho por mi.--cruzaste los brazos
Fujin: Puedes hacerme otro..—apenado te entregó de nuevo el lazo.
— Está roto... cuando me recupere te compraré
uno.—sonreíste viendo la tontería que acababa de hacer para después guardar el lazo en un cajón.Aunque no había mucho que hacer tenías una nueva idea.
— Fujin, te pareces mucho al amor de mi vida.—Fujin solo soltó una risa para después acercarse más a ti.
Fujin: Eso es evidente.—no pudiste ocultar tus mejillas rojas al escuchar esto. De repente escuchaste que tocaron la puerta.
— ¡Hola Kung Lao!
Kung Lao: Hey __ ¿Estás bien?
— Sí, estoy bien. ¿Y tú? Hace días no te veía.
Kung Lao: Pase por aquí, me enteré que te había afectado demasiado un golpe.
— No tanto, pero sí... gracias por preocuparte..—hablaste sonriendo levemente
Kung Lao: ¿Puedo pasar __?
— ¡Claro! pasa.
Dejaste pasar a Kung Lao ya que no tenías algo por hacer, así qué tal vez él te podría ayudar.
— Siéntate Kung Lao, ahora vuelvo.—fuiste a lavarte un poco la cara.
Kung Lao: ¿El Dios del viento en la habitación
de __? Era de esperarse algún día.—soltó una carcajadaFujin: ¿Enserio crees que era de esperarse?
Kung Lao: Por cierto.. ¿qué haces aquí Fujin?
Fujin: __ no puede estar sola, por eso estoy aquí.